(Aeronoticias) Volar en América Latina la distancia equivalente a un París-Madrid de $ 100 cuesta seis veces más. Las muy comunes aerolíneas de bajo costo en Europa, Estados Unidos o Asia apenas despegan en esta turística región.
Una comparación revela tarifas mucho más elevadas que en otros sitios del mundo, ya sea para recorrer 1.000, 2.000 o 3.000 kilómetros.
1.000 km: París-Madrid = $ 106 (Transavia), Lima-La Paz = $ 599 (Latam)
Martin Rötig y Hélène Le Bras, una pareja de arquitectos treintañeros, hicieron un paréntesis en su vida parisina para realizar un viaje por el mundo. Después de haber ido a Asia, quieren explorar América del Sur a principios de 2017, pero usarán sobre todo autobuses pese a las largas distancias.
“Vamos a tomar el menor número de aviones posible porque son mucho más caros que en Asia”, cuenta Martin, quien recuerda haber hecho un viaje de “ida y vuelta entre Kuala Lumpur y Osaka, en un vuelo de siete horas, por 450 euros los dos, gracias a Air Asia”.
Estos mochileros no son un caso aislado. Foros y blogs turísticos advierten de los altos precios de los vuelos en América Latina, a causa de un desarrollo insuficiente de las compañías de bajo costo.
Es fácil identificar las razones: menos aeropuertos secundarios, distancias más largas y reglamentos más apremiantes por falta de un mercado común como en Europa.
En la región, solo México, Brasil y Colombia tienen desde el año 2000 aerolíneas de bajo costo, pero con conexiones principalmente locales y a precios menos económicos que en Europa.
En América Latina, “el clima es bastante poco favorable, pero está evolucionando”, resume Bertrand Mouly-Aigrot, socio en la firma parisina especializada en transporte aéreo, Archery Strategy Consulting.
La región “tiene una base de población importante, economías globales en crecimiento, de una verdadera clase media, donde se desarrolla el turismo. No hay razón para que el fenómeno de bajo costo que se impuso en las demás regiones del mundo no se imponga en América Latina”, estimó el especialista.
2.000 km: Dallas-Los Ángeles = $ 293 (Spirit Airlines), RÍo de Janeiro-Buenos Aires = $ 475 (Gol)
Además del viraje liberal tomado por Argentina y Brasil, dos mercados hasta ahora muy regulados, los analistas subrayan la densificación que está en curso en la red de líneas de bajo costo.
En Argentina, la compañía Flybondi, cuyo accionista mayoritario es Julian Cook, fundador de la suiza Flybaboo, prevé lanzar próximamente una docena de rutas nacionales.
El grupo Viva, implantado en México con VivaAerobus, y en Colombia con VivaColombia, acaba de inaugurar en noviembre Viva Air en Perú.
Uno de sus accionistas es Irelandia Aviation, la sociedad de inversiones de Declan Ryan, cofundador de la compañía irlandesa Ryanair y cuyo modelo se ha duplicado en Asia (Tiger Airways) y en Estados Unidos (Allegiant).
“Hoy, una de cuatro personas que viajan en aerolíneas a nivel mundial, lo hacen en una de bajo costo. Sin embargo, América Latina tiene todavía tarifas exorbitantes para trayectos muy cortos, ¡es lamentable!”, dijo William Shaw, fundador y presidente de VivaColombia.
Para su desarrollo, “estamos viendo a Chile, Argentina, Venezuela y la región de Centroamérica”.
3.000 km: Kuala Lumpur-Taiwán = $ 86 (AirAsia), Bogotá-Mexico = $ 470 (Avianca)
Según la Organización Mundial del Turismo, 96,6 millones de turistas visitaron América Latina en 2015 con un crecimiento estimado entre 4 y 5% en 2016.
En el tráfico de pasajeros, Boeing prevé un alza de 5,8% en la región durante los próximos 20 años, indicó Donna Hrinak, su presidenta para América Latina, con la mayor parte de vuelos en clase económica, “reflejando un continuo crecimiento de transportes de bajo costo y la expansión de redes en América Latina y el Caribe”.
“Definitivamente, hay mucho potencial en América Latina”, confirmó Carlos Ozores, consultor de la compañía estadounidense ICF.
“En México o en Brasil, parte del público usaba autobuses, pero una vez que vuelan no quieren regresar” a la carretera, añadió Ozores.
“Nosotros queremos hacer que el mercado crezca. Estamos trabajando para que un cliente del interior de Argentina pueda viajar al interior de Brasil”, señaló de su lado Eduardo Bernardes, vicepresidente comercial de la brasileña Gol, que aboga por flexibilizar las reglamentaciones de vuelo.
Fuente: El Telégrafo