Día Internacional de la Mujer

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(Aeronoticias) Quiero aprovechar el día, el espacio y vuestra cordial atención para expresarle a todas las mujeres en el mundo que nosotras s no somos más un grupo vulnerable, me resisto a seguir creyéndolo,  me resisto a que nos sigan identificando como personas frágiles o como objeto sexual o  de comercio.

Nosotras estamos hechas de espíritu, cuerpo, mente y corazón  con inteligencia suficiente para resolver las vicisitudes de la vida. Tanto el hombre como la mujer son mutuamente un complemento de convivencia social, unir nuestras voces, ideas, apoyo, sentimientos y emociones equilibradas son el reflejo mismo de equidad de  género condiciones de igualdad en el ejercicio responsable de nuestros derechos, deberes y responsabilidades.

Desde 1975, en que las Naciones Unidas consagró el 8 de marzo como el Día Internacional de la Mujer, en conmemoración a un trágico accidente ocurrido en el 8 de marzo de 1908, en la ciudad de New York, en circunstancias, en que un gran número de mujeres, protestaron  en una fábrica textil por los abusos patronales y mejores condiciones laborales; ésta protesta significó su inminente despido. Ante este hecho, las mujeres decidieron tomar la fábrica declarándose en huelga.

La historia marcaba un trágico accidente, al suscitarse  un incendio provocado muriendo 129 mujeres obreras; desde entonces, la mujer simboliza un espíritu de lucha sin precedentes en la historia de la humanidad.

Las Naciones Unidas, en el marco de su política mundial por la defensa, promoción y difusión de los derechos humanos, ha producido una ardua legislación internacional en defensa de los derechos de la mujer,  de los niños y  niñas, al disfrute y goce de sus derechos sin discriminación; aspiración que aún demanda esfuerzos mayores  en los Estados y la sociedad.

ACORTANDO DIFERENCIAS DE  GENERO.-

No importa  el cargo o rol que desempeñemos, lo cierto es que nuestra terquedad  sea para emprender la lucha contra todo acto de discriminación hacia nosotras y enfrentar las injusticias y graves situaciones de conflicto en el mundo. Que nuestra sensibilidad social,  sea para comprender las  diversas culturas de las mujeres  en el mundo e identificarnos con el dolor de otras, de sus éxitos y espíritu de  superación; que nuestra preparación sea para ayudar a los que menos saben y proponer las políticas y/o estrategias para forjar  una cultura de paz mundial; que nuestra humildad sea  un verdadero valor espiritual porque estamos hecha de una grandeza de espíritu y finalmente que nuestra belleza y encanto sea  para cautivar  la atención del Estado y de la sociedad para que asuman el compromiso de luchar por darnos un mejor trato legislativo y constitucional que permita a la mujer contar con  todos sus derechos sin discriminación, abriendo espacios en los gobiernos para nosotras.

La participación de la mujer no supone minimizar la dignidad del hombre, ni mucho menos desconocer sus derechos  y su participación en la sociedad. No podría aceptarse el principio universal de igualdad entre el hombre y la mujer si ello supondría, a su vez, una violación a la dignidad de ambos. Por el contrario, lo que busca al proclamar el Año Internacional de la Mujer es dar a conocer que la mujer está en igualdad de condiciones y de oportunidad que el hombre para comenzar a realizar un trabajo constructivo por el bienestar y la paz mundial, quiere a  ambos como un todo integral, como el lazo interdependiente y universal, tan igual como el respeto al tratamiento de los derechos humanos proclamado en la Conferencia Mundial de los Derechos Humanos de 1993.

Ser mujer es la expresión de  una connotada sensibilidad,  fuerza y coraje, elementos que son necesarios para lograr metas de desarrollo, evolucionar como seres humanos, y que el hombre no lo va lograr jamás si no es con el apoyo de la mujer.  Somos inteligencias humanas para debatir los temas más trascendentales para la humanidad, hace falta debatir, construir opiniones jurídicas que consoliden nuestra participación en los diversos sectores de la sociedad.

No somos “un plato descartable que se use y se bote”, como todavía hay expresiones de algunos sectores de hombres o de corrientes  “machistas”. Precisamente contra éstas expresiones discriminatorias y denigrantes hacia la mujer es nuestra lucha de todos los días,  un motivado esfuerzo para lograr la concientización en aquellos sectores que no son capaces de aceptar que en nuestra condición de mujer, podemos alcanzar el desempeño de los mismos cargos o puestos laborales que el hombre ocupa, nuestra participación ha ido en progreso, en lo político, hoy tenemos presidentas de naciones o países, parlamentarias, Ministras, Deportistas, Educadoras, Empresarias, Humanitarias, luchadoras sociales, periodistas, conductoras etc. Entonces, hemos crecido y debemos sentirnos orgullosas de ser mujer porque hemos demostrado tener la capacidad  para serlo.

Mi compromiso de hoy y siempre es por construir una mejor sociedad  humanizada, nada fue fácil para nosotras, nos marcó un espíritu de lucha, la obtención de metas y logros en base al esfuerzo.

El reconocimiento de los derechos de la mujer es fruto de  una marcada lucha y conquista, gracias a este esfuerzo, hoy en día la  participación de la Mujer en la sociedad y en el Estado,  es palpable, real y efectivo pero aun queda mucho  por construir.

“Lucha conmigo,  yo te enseño a hacerlo, el camino no es fácil pero es gratificante su recompensa cuando vez que tu esfuerzo  y paciencia te dio la cosecha esperada.

“Este es el camino que me identifica, el de los valores y principios”

“Solo espero mi oportunidad y por eso luchare siempre pero hay que labrarla”.

 

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