El ministro de Defensa de Bolivia, Walter San Miguel, reveló que su país enviará observadores a las maniobras militares que las fuerzas armadas de Chile realizarán el próximo mes con el título de “Salitre 2009” en Tarapacá y donde supuestamente rechazarán a un país invasor que además se niega a retirar su ejército, desacatando una resolución de las Naciones Unidas en ese sentido.
La decisión boliviana surgió tras una reunión que sostuvo San Miguel con el canciller chileno, Mariano Fernández, en Santiago.
Como se sabe, el Perú declinó asistir a esas demostraciones de fuerza militar chilena por considerar inoportunos el lugar, la fecha, el título y sobre todo la alusión que se hace a un encuentro bélico contra un supuesto país que se niega a acatar una resolución de las Naciones Unidas para replegar su ejército.
Es preciso tener en cuenta que el lugar (Tarapacá) es un territorio que antes de la guerra con Chile fue peruano y donde justamente se libró una cruenta batalla el 27 de Noviembre de 1879 entre los ejércitos de ambos países, terminando con el triunfo del Perú y que desde entonces esa fecha fue proclamada como el Día del Ejército Peruano.
Pero lo que hace más directa la “indirecta” chilena es la alusión a la negativa del supuesto país extranjero para acatar una resolución de las Naciones Unidas a su favor, lo que inevitablemente trae a colación el caso de la demanda peruana sobre límites marítimos con Chile, elevada ante la Corte Internacional de La Haya, cuyo fallo ha causado expectativa mundial.
La teoría del gobierno chileno, hace recordar aquella manida advertencia de las producciones cinematográficas cuando dice: “Toda comparación con hechos reales es pura coincidencia”.
