(Aeronoticias) Cuando el mes pasado en New Jersey United Airlines le negó la entrada a un vuelo a un pavo clasificado como ‘apoyo emocional’, muchas personas se rieron. Pero otros –los que vuelan frecuentemente, los que sufren de alergias y, especialmente, las asistentes de vuelo– se sintieron aliviados.
Dejemos que Taylor Garland, vocera de la unión de la Asociación de Asistentes de Vuelos, enumere las razones.
“Las asistentes de vuelo han sido mordidas por algunos de estos animales de apoyo emocional’, dijo Garland. “Perros de apoyo emocional que obviamente no estaban entrenados para estar en un vuelo han mordido a verdaderos perros de servicio en un vuelo. Hay una cuestión de seguridad –y casi caos en la cabina, el personal tiene que preocuparse de que esto no sea una táctica para distraerlos de algo peor”.
Y no se olviden de las heces y el orín. “Ambas cosas son un problema”, añadió Garland. “Un gran problema”.
Pero lo peor de este problema es la distinción, dice Garland, entre animales de servicio –que están entrenados, como los perros guías para ciegos que saben cómo comportarse frente a extraños– y los animales de apoyo emocional, que muchas veces no son más que mascotas.
“Algunos de estos [perros guía para ciegos] cuentan con varios años de entrenamiento antes de ser entregados a sus dueños”, dijo el abogado de Atlanta, J. Ross Massey. “Pero muchos de los animales de apoyo emocional tienen muy poco o ningún entrenamiento. Son mascotas y como tales ladran, gruñen y muerden cuando están nerviosos”.
Massey conoce bien de esta distinción. Actualmente está representando a un hombre de Atlanta, Marlin Jackson de 44 años, quien Massey dice “que de una forma muy cruel se ha convertido en la cara de este fenómeno de animales de apoyo emocional”.
En un vuelo en el 2017 de Atlanta a San Diego, Jackson tenía un asiento junto a la ventanilla en el avión. En el asiento de al lado había un U.S. Marine con un perro de apoyo emocional. Era un Labrador de 50 libras que iba sentado en su regazo.
El perro se veía alterado aún antes de que Jackson se acomodara en su asiento. “¿Me va a morder?, preguntó Jackson, de acuerdo con lo que dijeron algunos pasajeros que estaban cerca, y en pocos momentos eso fue lo que hizo. Atacó a Jackson mordiéndolo en la cara dejándole una herida que requirió 25 puntos y varias cicatrices que van a necesitar cirugía plástica.
“Cada semana recibo llamadas de personas diciéndome ‘¿Es usted la persona que representa al hombre que fue mordido por un perro en un avión?, necesito hablar con usted”, contó Massey al Miami Herald. “El caso del Sr. Jackson es el peor que he visto, pero no es el único”.
Las líneas aéreas han llevado perros guías para ciegos y otros animales de servicio durante muchos años sin ningún problema. A algunos se les permitía viajar en la cabina del avión, pero tenían que ser pequeños y estar en una jaula de transporte (carrying cage).
Pero en el 1986 el Congreso aprobó la ley Air Carrying Access que requería que las líneas aéreas llevaran no solo animales entrenados sino cualquier animal que “asistiera al cliente como apoyo físico/emocional/psiquiátrico o médico”.
Eso abrió las puertas para casi todo. Y cuando los pasajeros descubrieron que los animales de apoyo emocional viajan gratis (por lo general, una mascota cuesta entre $100 y $150 en la cabina de pasajero, $200 o más si va en el área de carga) y no necesitan estar en una jaula, echaron mano de la oportunidad.
Un cuarto de millón de animales de apoyo emocional viajaron en Delta en el 2016, un aumento del 150 por ciento del año anterior. United llevó 76,000 animales de apoyo emocional durante el 2017, un 77 por ciento de aumento sobre el año anterior.
Las aerolíneas hacen poco, o mejor dicho, nada, por verificar que el perro, gato o pato en los brazos de un pasajero sea realmente una ayuda terapéutica y no una mascota que tenían en el patio. Y aún si chequearon, es muy fácil comprar un certificado que parece auténtico de apoyo emocional ($36.99) o una tarjeta de identificación con la imagen de la mascota ($25).
Las líneas aéreas están al tanto de este fraude. “Nos hemos dado cuenta de que algunos de nuestros clientes ven esta política como una laguna, una manera de evitar que tengan que registrarlo y pagar una tarifa”, dijo el portavoz de United, Charlie Hobart.
Por supuesto, tampoco sorprende que el mal comportamiento de los animales durante el vuelo haya aumentado: quejas de mordidas y de animales defecando en los vuelos de Delta se han casi duplicado entre el 2015 y el 2016.
Y aun, comparativamente los problemas de comportamiento pueden tener serias consecuencias para pasajeros como Christine, consultora de calidad de 70 años que vive en el área de Phoenix. (No quiere usar su apellido ya que ha recibido cantidad de correos insultantes debido a sus quejas de perros en las líneas aéreas).
Christine tiene alergia al pelaje, que cuando se activa puede traerle graves ataques alérgicos. Pero aquellos animales de servicio que se quedan quietos en el suelo del avión no le preocupan demasiado.
“La semana pasada estaba viajando y al lado mío había una pareja que me aseguró que su perro estaba entrenado”, comentó. “Pero una vez que el avión despegó estaba claro que el perro no estaba entrenado para nada. Fue un desastre, dando brincos, asustado y el pelo volando por todas partes.
“Después de una hora de vuelo empecé a sentirme congestionada. Y para cuando el avión aterrizó estaba muy cerca del pitido y la falta de aire que te da cuando tienes un ataque de asma, que créeme, es algo que no quieres tener en un avión lleno de pasajeros”.
Christine ha sido una viajera frecuente por muchos años, pero dice que en los últimos años le cuesta cada vez más respirar dentro de la cabina de un avión debido a la cantidad de perros dentro del avión.
“Estaba la semana pasada en el aeropuerto recogiendo mis maletas y vi a una pareja de jóvenes con un perro que llevaba un chaleco que decía ‘animal de servicio’, pero por supuesto, quién sabe si lo era”, dijo ella. “Había otro perro en una jaula y otro que andaba suelto. Son tres perros en un período de 10 minutos. Hace diez años, si veías un perro era obvio que era un perro de servicio, y aún así no era muy frecuente”.
Christine cree que gran parte del problema es el pasaje gratis para perros que sirven de apoyo emocional. Pero, fundamentalmente ella está de acuerdo con otros en que los norteamericanos han desarrollado una obsesión casi maníaca con sus mascotas.
“Se ha perdido la línea entre entre ‘perro de servicio’ y perro”, dijo ella. “Y en dónde puede estar un perro y en dónde no”.
Si los animales de apoyo emocional ayudan a alguien o no es algo debatible entre psicólogos. Y también entre la población. Cuando la Universidad de Washington en St. Louis trajo un cachorro de oso llamado Boo Boo para prestar apoyo emocional a los alumnos que se estaban preparando para un examen final, el oso mordió a 14 de ellos. (No fue algo agradable para Boo Boo tampoco, lo mataron para examinar su cerebro a ver si tenía rabia.)
De todas formas las líneas aéreas están tomando medidas por primera vez para limitar el número de mascotas de apoyo emocional en los vuelos.
Más o menos por las mismas fechas que ocurrió el incidente del pavo –y mucho más triste, ya que una estudiante echó por el inodoro un hamster que llevaba como apoyo emocional luego de que Spirit Airlines no la dejara llevarlo en el avión a Baltimore– United y Delta han impuesto normas más estrictas sobre el tipo de animales que van a permitir que los pasajeros lleven en la cabina del avión.
En términos generales, erizos, hurones, pájaros no caseros, animales exóticos, arañas y culebras están prohibidos. También lo están ratones, ratas y otros roedores, ya que si se escapan pueden morder la cablería eléctrica y poner en peligro el avión. Y ese elefante de apoyo emocional tampoco es bienvenido en Delta, ya que están prohibidos animales con colmillos.
De ahora en adelante cualquiera que quiera viajar con un animal de apoyo emocional va a tener que someter el certificado de un médico o profesional de salud mental que certifique que es necesario –aunque falta por verse si las líneas aéreas van a tomar tiempo para verificar los mismos.
Garlan, la portavoz de la unión de asistentes de vuelo, piensa que el gobierno va a tener que tomar medidas para establecer reglas en toda la industria, pero mientras tanto lo que están haciendo United y Delta es un buen comienzo.
Puede que esto acabe con el viejo chiste que muchos asistentes de vuelo conocen, dijo Garland. “No se cuántas veces los he escuchado decir que es como trabajar en el Arca de Noé”, dijo Garland.
Por: Glenn Garvin – El Nuevo Herald