(Aeronoticias) Una inesperada tormenta de granizo acompañada por fuertes vientos habrían sido las causas que hicieron precipitarse a tierra ayer al avión de Aeroméxico en Durango, según declaró a la prensa el Director de Aeronáutica Civil de México, Luis Gerardo Fonseca.
Afortunadamente los 103 pasajeros que transportaba salieron prácticamente ilesos, salvo el piloto, Carlos Galván, que sufrió graves traumatismo después de denodados esfuerzos para estabilizar su aeronave, un Embraer E-190.
Lo que ahora ha empezado a llamarse «El milagro de Durango» se debió también a que el avión quedó en posición horizontal, lo que facilitó el empleo de sus toboganes para una evacuación rápida por parte de los tripulantes que actuaron sobreponiéndose al caos y al pánico, poniendo en práctica los sistemas de salvataje que practicaron muchas veces en sus ensayos para estos casos.