Desde Lima, la Miss Perú declinó la noche del jueves a la invitación del mandatario boliviano tras señalar que tenía programado asistir con anticipación a la tradicional fiesta de la Virgen de la Candelaria que se celebra en la región de Puno, fronteriza con Bolivia. No obstante, Schwarz indicó a la radio RPP «realmente me parece que el presidente Evo Morales lo está tomando (la invitación) de otra manera, en cuestión de burla parece, y la verdad que me da mucha pena porque él es cabeza de una nación».
Sin embargo, la reina de belleza peruana dejó en claro que Morales «es un presidente y se merece todo el respeto como tal» y que si «se da nuevamente la invitación lo pensaré». Schwarz dijo además que usará el traje de la diablada «aquí en el Perú y en el extranjero cuantas veces me lo pidan». Bolivia reclamó a Perú paternidad de la danza que se baila con saltos acompasados y enorme careta que simboliza el rostro del diablo. La diablada también se baila en el norte de Chile y tiene un origen minero.
Los mineros bolivianos realizan ofrendas y encomiendan su vida al diablo de quien dicen que habita en las profundidades de las minas. En Bolivia esa danzas es la más aclamadas en el Carnaval de Oruro declarado por la Unesco como Patrimonio Cultural. El Ministerio de Culturas envió un reclamo al organizador del Miss Universo por el uso de la vestimenta de la diablada por Schwarz como si fuera un traje típico peruano.
Pero la polémica entre los dos países que comparten una historia común involucró después a la mundialmente conocida melodía folclórica el Cóndor Pasa de autor peruano y al llamado «Ekeko» o «dios de la abundancia» que forma parte de una feria artesanal de raíz indígena en Bolivia. El martes el ministro boliviano de Culturas Pablo Groux solicitó a Perú que suspenda la venta de camisetas con la Puerta del Sol, símbolo de la cultura Tiwanacota, un monumento de piedra ubicado en Bolivia y que en el país vecino supuestamente se explota como si fuera propia.