MINISTRO ARGENTINO BOUDOU RECHAZA INJERENCIAS DEL FMI

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El ministro argentino de Economía, Amado Boudou, afirmó que el país no aceptará injerencias en sus políticas por parte del Fondo Monetario Internacional (FMI). Boudou anunció que el gobierno argentino mantendrá su idea de acumular reservas monetarias, aún cuando la entidad multilateral de crédito recomiende lo contrario, según declaraciones publicadas hoy por el diario local «Página/12».
Tras participar en la asamblea anual del FMI y el Banco Mundial en Estambul, Turquía, el ministro argentino dijo al diario argentino que tampoco hubo propuestas para los tenedores de bonos que quedaron fuera del canje de 2005 y que se mantienen conversaciones con el Club de París para regularizar la situación con el organismo.

MINISTRO ARGENTINO BOUDOU RECHAZA INJERENCIAS DEL FMI

«Queremos dejar muy clara la posición argentina. El país puede compartir datos, cifras y análisis. Puede escuchar críticas en una evaluación. Pero no va a aceptar injerencia en sus políticas», enfatizó el funcionario. Boudou dijo que en Estambul no hubo planteamientos directos, sin embargo se insistió en recomendaciones que fallaron sistemáticamente, como el tema de las reservas internacionales.

«La posición del Fondo (FMI) es que no es una buena idea que los países acumulen reservas internacionales, porque esto le saca liquidez al comercio internacional (…) Nosotros pensamos que la política de acumulación de reservas ha sido uno de los pilares del crecimiento económico argentino», replicó el titular de Economía. Para justificar su postura, el funcionario argentino dijo que el FMI «no puede pensar el sistema monetario de un país como si todos fueran iguales, tuvieran la misma historia, el mismo funcionamiento o tamaño».

Con respecto a las revisiones previstas en el artículo IV de la Carta del FMI, que Argentina rechaza desde hace cuatro años, Boudou dijo que éstas no serán ahora problemáticas. «No me gusta utilizar la palabra monitoreo, como lo hacen algunos, porque suena a auditoría. Esto no es una auditoría, porque no hay revisión de papeles. Se puede decir que es un seguimiento de las cuentas», minimizó.

En ese sentido recordó que Argentina nunca se fue del FMI, «lo que hizo fue pagar sus deudas, porque las decisiones políticas, económicas y monetarias desde 2003 y a la fecha se toman desde el gobierno», indicó. En 2006 Argentina canceló una deuda de 9.600 millones de dólares que mantenía con el FMI, lo cual provocó un alejamiento de la entidad que dejó de auditar las cuentas públicas locales ese año. «Hasta el momento, lo único que había hecho el país fue pagar su deuda y no escuchar más los consejos del FMI ni aceptar sus condiciones. Ahora lo que hacemos es llevar nuestra voz al fondo» para señalar que al país le fue mejor por su lado que con las políticas del organismo, agregó.

Boudou dijo que está claro que el FMI fracasó y necesita un rediseño, situación que se planteó desde la reunión del Grupo de los 20 (G-20) cuando se habló sobre la necesidad de implantar políticas contracíclicas y políticas de Estado. Los países asisten a una etapa marcada por la dinámica de la crisis, el G-20, la posición de Estados Unidos, el nacimiento del BRIC (Brasil, Rusia, India y China) como potencial bloque y países en desarrollo con una voz más fuerte en el diseño de las políticas públicas internacionales. «Sin duda, van a hacer que aparezca un nuevo fondo», indicó.

Para explicar el acercamiento al FMI, Boudou dijo que «es principalmente una cuestión institucional». «Somos parte del G-20, además del fondo (FMI). También es cierto que queremos avanzar en algunos temas de los mercados internacionales de crédito. Por lo que tener una relación de intercambio de información y de vida activa dentro del organismo coloca a la Argentina en la discusión de hacia dónde tiene que ir el FMI», sostuvo.

Boudou añadió tamién que no hubo propuesta durante la reunión en Turquía para los tenedores de bonos que no ingresaron al canje de 2005, quienes poseen títulos por unos 28.000 millones de dólares, sin embargo destacó las reuniones con el Club de París para reorganizar la relación con esa entidad. Argentina debe al Club de París unos 6.700 millones de dólares, obligación que contrajo principalmente durante la última dictadura militar (1976-1983), la cual intentó pagar el año pasado.  

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