El proyecto para edificar el Museo de la Memoria, que servirá para recordar a los casi 70.000 muertos que dejó la violencia política en Perú, enfrenta oposición de algunos sectores. El vicepresidente del grupo responsable de construir el museo y ex presidente de la Comisión de la Verdad, Salomón Lerner, dijo el domingo a la AP que «con principios irracionales y argumentos inconsistentes» ciertos políticos de Perú se expresan «en determinados pasquines todos los días en su afán de que no haya museo».
Lerner, cuyo trabajo en la CVR permitió luego enjuiciar penalmente a militares acusados de violar los derechos humanos, fue amenazado de muerte en septiembre a través de llamadas telefónicas anónimas luego que mataron con veneno a sus dos mascotas. El informe final de la CVR, publicado en agosto del 2003, consideró que las fuerzas armadas y policiales causaron el 37% de los muertos y desaparecidos durante la violencia política entre 1980 y el 2000. Una donación de dos millones de euros de Alemania para edificar el Museo de la Memoria desató un debate a principios del 2009, debido a la oposición inicial del presidente Alan García, del vicepresidente Luis Giampietri _un vicealmirante retirado de la Marina de Guerra_ y del arzobispo de Lima, Juan Luis Cipriani.
Tras recibir fuertes críticas de activistas por los derechos humanos e intelectuales, el mandatario cambió su decisión en marzo. El antropólogo Juan Ossio, del grupo responsable de poner en marcha el proyecto, sostuvo que otro problema que afrontan es hallar el lugar donde se edificará el Museo de la Memoria.
«Se nos había ofrecido un local en el distrito limeño de Jesús María que nos parecía adecuado, pero resulta que las implicancias legales para fijar el acuerdo toman demasiado tiempo, así que estamos buscando otras alternativas», dijo por teléfono a la AP.
El grupo responsable de la edificación del museo recibe apoyo de la Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura, así como del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, y ha sostenido conversaciones con embajadores de diversos países de la Comunidad Europea, entre ellos España y Holanda.
