(Aeronoticias).- Los aviones de cuatro motores están siendo desplazados por modelos de dos turbinas más económicos, modernos y silenciosos. Pero en Lufthansa sus Boeing 747-8 gozan de buena salud y la aerolínea está decidida a que sigan volando por varios años más.
Hace pocas semanas Lufthansa confirmó que retirará a seis A380 de su flota. La compañía argumenta que los costos operativos de esta aeronave son demasiado altos y que prefiere enfocar su flota de largo radio en modelos como el A350 y el B777X (aunque todavía no se sabe cuándo es que Boeing comenzará a entregarlos).
La compañía alemana también dará de baja paulatinamente a sus B747-400, el más vendido de la familia de los Jumbo. Los 13 aviones que integran su flota comenzaron a ser recibidos en mayo de 1996 y los últimos llegaron en marzo de 2002.
El B747-8 resiste
Pero Lufthansa también cuenta con 19 B747-8, el más moderno de la gama de estos aviones de cuatro motores. Estas aeronaves tienen una edad promedio de cinco años: la primera llegó a la compañía en abril de 2012 y la última se sumó en abril de 2015.
La flota de Lufthansa tiene una edad media de 12 años, y la juventud de estos modelos de Boeing contrasta con la veteranía de otros aviones usados en las rutas de largo radio: los 17 A330 que vuelan bajo su bandera tienen una edad de 11,6 años; los 28 A340 están en servicio desde hace 16 años, y los 14 A380 se encuentran en los 7,5 años.
Los A350 son los modelos de última incorporación entre las aeronaves más grandes, con apenas 1,3 años de operaciones.
El avión ejemplar
El B747-8 en Lufthansa es su avión más emblemático: cada cambio de librea, las renovaciones de cabina o los nuevos servicios que se ofrecen a bordo suelen ser presentados en sociedad en este gigantesco avión, y luego se extienden al resto de la flota.
Quizás esta costumbre pueda cambiar con la nueva configuración de cabina del B777X, de la que Lufthansa ya adelantó algunos diseños; pero por las demoras de Boeing no se sabe cuándo se podrá conocer en la realidad.
El B747-8, con una longitud de 76,3 metros (unos 5,6 metros menos que su antecesor, el B747-400) y una envergadura de 68,4 metros, puede volar hasta 13.100 kilómetros y transportar a 364 pasajeros.
Estos se distribuyen entre ocho plazas de primera clase, 80 de business, 32 de económica premium y 244 de la clase turista.
Exprimir al Jumbo
Lufthansa quiere amortizar estas aeronaves jóvenes, que si bien tienen cuatro motores General Electric GEnx-2B67, su consumo es considerablemente menor que el anterior modelo de Boeing. Y además es un 30% más silencioso.
Aunque los nuevos aviones presumen de comodidad, el B747-8 mantiene su elegancia en la cabina. La primera clase tiene asientos que se convierten en cama, y a los pasajeros se les ofrece un neceser con productos de primera línea y pijamas.
Las plazas cuentan con mamparas divisorias y las ventanas tienen dos tipos de graduación para minimizar la entrada de luz por la mañana.
La mitad de la business se encuentra en el piso superior y el resto detrás de la primera clase, en el primer tercio del avión.
Sus asientos en la parte inferior están distribuidos en un esquema de 2-2-2, mientras que arriba se reduce a 2-2. Todas las plazas se reclinan 180 grados y los viajeros tienen, entre otras comodidades, un kit de amenities de Samsonite.
En cuanto a la económica premium, los asientos son un 50% más grandes que la clase más básica, con el añadido de un descansa-pies.
Fuente: Aviación al día.
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