Según un estudio realizado por Lolimsa, sólo el 10% de las clínicas y hospitales adquieren un software terminado y con estándares internacionales, y un 20% desarrolla su propio del software, es decir que le encarga a un grupo de 3 ó 4 personas el desarrollo de algunos módulos de gestión hospitalaria. “Y el 70% de los hospitales y clínicas no tienen absolutamente nada”, señala Liendo.
¿Pero en qué medida mejora la eficiencia de un centro de salud con el uso adecuado de las TICs? Liendo señala que, en un ratio obtenido en 30 hospitales implementados entre el 2005 y el 2007, las mejoras alcanzaron hasta el 35% de reducción de los costos hospitalarios sólo por la implementación del software.
“Los beneficios se ven, por ejemplo, en la reducción de mermas en las farmacias, optimización del uso de reactivos, reducción del tiempo de atención de pacientes, incremento de la satisfacción de los pacientes por menores reingresos a los hospitales. Se han medido cerca de un centenar de indicadores y todos han tenido un impacto muy positivo”, expresa.
Para el especialista, los mayores beneficios de las TICs se aprecian en los centros de salud del estado, en los que usualmente no hay una óptima atención a los pacientes.
Liendo sostiene que los beneficios que trae el uso de las TICs en el sector salud, siempre son superiores a la inversión que demandó su implementación. Por ejemplo, en el caso de un centro de salud en el interior del país, “una provincia humilde no tiene posibilidades de tener un cardiólogo, un neumólogo y un reumatólogo simultáneamente. Lo único que puede tener es un médico general que tal vez está practicando en la zona. A través de las TICs cualquier historia clínica de esta zona alejada y humilde podría ser revisada por un especialista, con la misma eficiencia como si el paciente estuviera físicamente en el consultorio. Es decir, la tecnología democratiza los servicios”, concluye.