El ataque fue cometido frente a un banco estatal y a un hotel, a pocos cientos de metros del cuartel general del Ejército en la ciudad de Rawalpidi, que fue asaltado hace tres semanas por milicianos talibanes. Hay, además unos 30 hedidos.
El atentado de este lunes causó daños en numerosos coches detenidos en un semáforo y se produjo en el momento en el que muchos empleados públicos y personal de seguridad se dirigían a retirar sus salarios del banco.
«Cuando llegué al lugar había muertos y heridos por todas partes», dijo Shaukat Alí, testigo de los hechos. «Algunos cuerpos no tenían cabeza y otros habían perdido las piernas. La gente tapó a una mujer cuyas ropas se habían calcinado por la explosión», añadió.
Según el jefe provincial de la policía, el atentado suicida fue llevado a cabo por un hombre montado en una motocicleta.
«Aparentemente, los explosivos estaban metidos en la moto», dijo.
Por el momento, nadie ha reclamado la autoría del atentado, pero los talibanes han intensificado sus ataques a objetivos civiles y oficiales, al tiempo que las fuerzas de seguridad están llevando a cabo una gran ofensiva en la región tribal de Waziristán del Sur, principal feudo de la insurgencia islamista.
Aeronoticias considera lamentable que la ONU se ha visto en la obligación reducir el personal internacional de la ONU en las provincias fronterizas del noroeste y en las áreas tribales colindantes con Afganistán, con la única presencia del personal vital para emergencias, ayuda humanitaria, operaciones de seguridad y otras tareas esenciales, ya que la integridad de este equipo humano no se puede asegurar en este momento, y el resto de personal internacional de la ONU involucrado en distintos programas será reubicado fuera de la región noroeste de Pakistán.
