(Aeronoticias).- El lento y triste proceso de desmantelamiento de la filial argentina de LATAM Airlines tuvo este jueves (4) un momento clave cuando despegó desde el Aeropuerto Internacional de Ezeiza el Airbus A320 matrícula LV-BRA. A él se le sumarán próximamente otros seis que quedaron «atrapados» en el Aeroparque Jorge Newbery en agosto al iniciarse las obras de reconstrucción de la pista.
Ante una consulta sobre el tema, manifestaron que «en el marco del cese definitivo de operaciones anunciado el pasado 17 de junio, la compañía inició el proceso de traslado de aquellos aviones de su flota que aún permanecen en Argentina hacia los talleres en los que se realizarán los trabajos de mantenimiento tendientes a la devolución de las aeronaves a sus propietarios».
También se encargaron de enfatizar que, como era sabido, las aeronaves no son propiedad de la aerolínea, por lo que deben ser devueltas a los lessors «cumpliendo con todos los procedimientos operativos correspondientes». Existían dudas sobre si los trabajadores permitirían o no la salida de los aviones del país ante un eventual reclamo laboral por vía judicial.
LATAM Argentina había anunciado el cese definitivo de sus operaciones en el país el 17 de junio de 2020. Si bien la paralización de la actividad aerocomercial producto de la pandemia asestó el golpe final, la filial venía arrastrando un rojo producto de la apertura del mercado aerocomercial argentino a partir de 2018 y su incapacidad de adaptarse a las nuevas condiciones con una estructura tradicional, sobre la cual la dirección trató de avanzar sin éxito (en 2018 perdieron USD 132,5 millones, que crecerían a casi USD 134 millones en 2019).
«La dificultad de generar los múltiples acuerdos necesarios para enfrentar la situación actual contribuye a configurar un escenario en extremo complejo, en el que no están dadas las condiciones para viabilizar y sostener a largo plazo las operaciones de la filial», habían señalado desde el holding en junio.
En abril LATAM Argentina había empezado a liquidar a sus empleados el 50% de su salario, con un piso de ARS 47.500 (USD 708 al cambio oficial en ese entonces) amparándose en el artículo 223 bis de la Ley de Contrato de Trabajo, medida resistida por los gremios y que desembocó en múltiples negociaciones sin rumbo.
Tras el anuncio de cierre, la compañía propuso un Plan de Retiro Voluntario que gradualmente fue siendo aceptado por 1.522 de los 1.715 empleados, y que finalizó en febrero. El resto recibirá la indemnización correspondiente en base al régimen actual que establece el doble del monto con un tope de ARS 500.000.
Fuente: Aviacionline.