La Unión Europea (UE) debe asumir una responsabilidad compartida en el combate al tráfico de drogas en Perú y en los países sudamericanos, dijo hoy en Lima el secretario ejecutivo de la Comisión Interamericana para el Control del Abuso de Drogas (CICAD) de la OEA, James Mack. «Quisiéramos convencer a nuestros amigos de la UE sobre la importancia de dar seguimiento a los proyectos que buscan controlar el consumo de drogas en la región», declaró Mack durante la presentación del «Estudio epidemiológico andino sobre consumo de drogas sintéticas en la población universitaria».
El secretario ejecutivo de la CICAD, entidad técnica de la Organización de Estados Americanos (OEA), consideró necesaria una mayor participación de los países y bloques afectados por el tráfico ilícito de estupefacientes, con el objetivo de lograr diagnósticos y definir estrategias de prevención y erradicación del consumo. «Esperamos conseguir más dinero. Ahora hacemos algo en Colombia, pero quisiera extender a otros países de Sudamérica, a través de programas educativos de prevención, el alertar sobre el daño que causan las drogas inhalantes o sintéticas», acotó.
El estudio presentado en la sede de la Comunidad Andina de Naciones (CAN) obtuvo el financiamiento, incluido de la UE, sin embargo ahora es necesario hacer un seguimiento de los alcances, los cuales deben ser difundidos por la Comisión Nacional de Desarrollo y Vida sin Drogas (Devida) de Perú. Mack señaló que la CICAD trabaja con cantidades bajas de dinero, lo cual sólo le permite efectuar proyectos para identificar problemas, los cuales son retomados después por los países para el desarrollo de estrategias antinarcóticas.
«Me gustaría que el dinero aumente. La CICAD es una entidad técnica de la OEA y vivimos del 20 por ciento que contribuyen los países que integran la OEA, el otro 80 por ciento lo obtenemos cuando pedimos con copita en la mano a las naciones miembro y a observadores y organismos internacionales», explicó.
Por ese motivo, señaló que es importante impulsar la responsabilidad compartida, tanto de los países productores de drogas como de aquellas naciones con altos índices de consumo.