Efectivamente la aeronave coreana ingresó a una zona prohibida por la URSS, para el sobrevuelo de aeronaves, ingresando por el espacio aéreo del mar de Ojotsk y luego penetró a la isla de Sajalín que pertenecía a la URSS, continuando su vuelo en el espacio aéreo de esta (según los informes obtenidos por la OACI) a unas 500 millas dentro del territorio Soviético y a las 3 horas, 26 minutos y 21 segundos ya totalmente fuera de su ruta, fue abatida, según se desprende del libro Curso de Post Grado en Derecho Aéreo y Espacial, Tomo I del autor Julián Palacín Fernández, quien detalla que hubo “un desvío total de su ruta del piloto de la Korean Airlines sin ninguna explicación”, dentro de un contexto en donde estaba la base militar Semia, pertenenciente a los Estados Unidos, a quien no se le avisó en ningún momento de su desvío a la aeronave al pasar por la isla.
En este libro se detalla que los pilotos soviéticos captaron una comunicación en señales desconocidas, en materia aeronáutica este hecho contradictorio apertura la hipótesis de que la aeronave estaría perpetrando un hecho ilícito que se configuraría como un acto de espionaje en perjuicio del soberano territorial.
Además se hizo una persecución por las dos aeronaves MIG soviéticas que detectaron la presencia del avión KAL, se colocaron en los costados, por adelante y por detrás, con lo cual ya se hizo el aveo del avión previsto en el Anexo 2 del Convenio de Chicago, en cuatro posiciones diferentes, indicadas por dicho anexo, dieron allí la orden al comandante de la aeronave para que aterrice en un aeropuerto determinado por dicho país.
Esta orden de aterrizaje en un aeropuerto militar soviético, no fue obedecida ni tampoco costeada por el comandante de la aeronave en idioma oficial, determinado por las normas internacionales que obligatoriamente debió responder.
Al mismo tiempo se encontraban dos aviones de EE.UU., colocados detrás de la aeronave y fuera de la zona de la URSS., que medían la reacción que tenían las autoridades soviéticas ante el ingreso de un avión civil en su territorio.
En efecto, cuando una aeronave ingresa al espacio aéreo de un Estado sin autorización, hay un tiempo de reacción por parte de éste último, el cual resulta importante medirlo, pues con aviones civiles pueden realizar actos militares. Por otra parte, la aviación civil resulta un elemento fundamental de apoyo a las aeronaves militares.
Al mismo tiempo, se encontraba en un buque de guerra de los EE.UU., cerca del lugar de los hechos.
También, en ese mismo momento, y aquí se vuelve a resaltar la importancia de esos 40 minutos, sobre esa superficie del planeta a una determinada altura, pasaba un satélite de EE.UU., que podía haber cambiado datos con el avión coreano.
Los ATC, japoneses debieron haber captado el avión, desde el momento en que ya estaba dentro del radar de la estación de Narita, los japoneses no captaron a dicha aeronave, ni le advirtieron, que se había desviado totalmente su ruta y que debió hacerlo. De modo que, dentro de este contexto y los factores precedentemente enunciados por la URSS; procedió al abatimiento de la aeronave Coreana. (Fuente: “Curso de Post Grado en Derecho Aéreo y Espacial”, Julian Palacín Fernandez, Editado por la Comisión Interamericana de Juristas Expertos en Derecho Aéreo y Espacial, “CIJEDAE” 1991, Tomo I, página 277, 278 y 279).
Aeronoticias considera que el piloto de Korean Airlines, estaba realizando un estudio grafoanalítico para determinar a esa hora y en esa actitud de vuelo las emisiones radaricas militares de la URSS., dentro de un contexto en el cual, habría existido un presunto acto de espionaje de Estados Unidos contra la Unión Soviética que le costó la vida a 269 personas.
Esta investigación del accidente de Korean Airlines KAL 007, cobra vigencia en el Perú luego de que aparecieran cuestionamientos de pilotos de la Fuerza Aérea chilena que estarían operando dentro del espacio aéreo peruano, en un contexto en el que cobra vigencia el espionaje que se puede hacer desde las aeronaves civiles para descifrar las emisiones radaricas militares.