Por contra, tan sólo un 5 por ciento de los compradores cree que el aumento oscilaría «entre 0 y 10 euros», mientras que el 21 por ciento opina que la cantidad a pagar será de «entre 11 y 20 euros más» de lo originalmente anunciado. Únicamente un 7 por ciento de los compradores de billetes considera que el precio final es el mismo que indica la publicidad.
De los resultados se desprende también cierta falta de información al detallar el coste de un billete, ya que tan sólo la mitad de los consumidores (un 54 por ciento) conoce la diferencia que hay entre el precio y las tasas, mientras que el 30 por ciento piensa que el precio es el valor del billete y las tasas son los impuestos. Asimismo, el 16 por ciento de los encuestados cree que el precio es lo que gana la compañía y que las tasas son lo que se paga a aeropuertos y autoridades.
Por otro lado, el 46% de los encuestados opina que el transporte aéreo es un medio sobrevalorado al mantener su alto coste pese al descenso de calidad de su servicio en los últimos años, mientras que el 13 por ciento añade las molestias que ocasiona. Por su parte, el resto de encuestados opina que no está sobrevalorado gracias a las compañías que ofrecen vuelos baratos (22 por ciento) y por ser rápido y seguro (19 por ciento), características que justifican su precio.
La encuesta, que se realizó entre más de 2.400 ‘internautas’ a fin de analizar la percepción de los consumidores ante los precios del transporte aéreo, es un proyecto del ‘Observatorio de Vuelos’, grupo encabezado por Mirayvuela.com al que se puede acceder vía web o a través de Facebook y Twitter.
Aeronoticias considera que el régimen neoliberal que proclama la libertad de tarifas aéreas en aquellos países que tienen en vigencia este sistema, plantea serios problemas tarifarios como viene ocurriendo por ejemplo en el Perú, en donde en un mismo vuelo un turista extranjero puede pagar una tarifa tres veces mas alta que un pasajero nacional, y en otros casos, las tarifas promocionales de U$59 dólares pueden significar en una ruta nacional, una tarifa de entre U$ 350 dólares para otros pasajeros, lo que plantea un interesante debate constitucional respecto a como el mercado puede afectar el principio de igualdad y los derechos de los consumidores por lo que se hace necesario una normativa mas clara y que las autoridades de aeronáutica civil de los países en casos de cuasi monopolio, como viene ocurriendo en el mercado doméstico peruano con la chilena LAN, se establezcan bandas tarifarias que permitan que las tarifas aéreas estén dentro de una franja de precios que no tenga las variaciones abismales que se vienen dando en la práctica y que perjudican a muchos pasajeros.
Lamentablemente poco o nada viene haciendo en estos temas la Comisión Latinoamericana de Aviación Civil CLAC, cuyo secretario Marco Ospina, debería ser jubilado ya que no se encuentra en la región, el asesoramiento adecuado de este organismo, también en este tema tarifario que tiene a muchos países sin brújula aeropolítica y con graves problemas en el mercado de transporte aéreo.