Recordamos que en el 2003, llegó la amenaza de la gripe aviar. Cuando habían conseguido recuperarse del mal lustro, la escalada de los precios del petróleo devolvió a las aerolíneas a los números rojos. Por fin, la Gran Recesión vino a rematar al herido. Este año las pérdidas llegarán a 11.000 millones de dólares (7.564,5 millones de euros), según la previsión de la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA en sus siglas inglesas). El que viene, pese a la mejora de la economía y del tráfico, 5.600 millones de dólares, fundamentalmente por el repunte del precio del petróleo y las dudas sobre la recuperación.
El lobby de las aerolíneas empeoró ayer sus augurios financieros para el próximo año, que previamente había situado en 3.800 millones en números rojos, y certificó la peor década de la historia para las compañías aéreas: entre 2000 y 2009 la industria ha perdido 49.100 millones de dólares, con sólo dos años (2006 y 2007), en beneficios.
Los pasajeros, eso sí, han visto bajar los precios de los billetes un 30%, aunque han tenido que sufrir la pesadilla de los controles de seguridad. Hasta el pasado año, también se habían reducido las víctimas de accidentes, pero este año se han disparado (680 muertos frente a 502 en 2008).
Aeronoticias se reafirma en la necesidad de que la IATA realice esfuerzos para que los gobiernos entiendan que el transporte aéreo es un sector estratégico al lado del turismo en la política económica de los Estados, y por ello se tienen que tomar las medidas para atenuar la crisis y buscar una reorganización de los organismos regionales de aviación civil, como la Comisión Latinoamericana de Aviación Civil CLAC, que no funcionan ni tienen peso aeropolítico porque tal vez ni los mismos directores generales de Aeronáutica Civil de los países lo tienen, porque este sub sector no es considerado estratégico, por lo que hay que trabajar en la ruta que trazó la Comisión Interamericana de Juristas Expertos en Derecho Aéreo y Espacial CIJEDAE, en el Senado de la Nación Argentina, en el Senado de República Dominicana y en otros países desde 1988, tratando de interesar a los estamentos políticos en el transporte aéreo, para que el sector tenga el peso político que no tiene.