UE da luz verde a la restricci

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 A partir de enero de 2012 el régimen de comercio de derechos de emisión de la Unión Europea (CDE) se aplicará también a las aerolíneas. El Parlamento Europeo ya había dado luz verde a la medida este mismo mes con 640 votos a favor por 30 en contra y 20 abstenciones. Todos los vuelos nacionales e internacionales que operen en Europa se verán afectados por el plan de comercio de derechos de emisión.

Se excluyen del plan los vuelos de investigación, así como las compañías aéreas pequeñas cuyas emisiones ya sean mínimas.

Durante el primer año de aplicación, la medida baja el límite del sector aeronáutico al 97% de la media de emisiones de gases de efecto invernadero que crearon las propias aerolíneas durante el periodo 2004-2006. Este límite bajará al 95% en el 2013.

Cabe destacar que la UE tiene pensado vender el 15% de los bonos de carbono correspondientes a las aerolíneas.

El relator del Parlamento Europeo sobre las emisiones, Peter Liese, afirmó que el objetivo final es el de llegar a un acuerdo mundial sobre este tema. También dejó claro que los acuerdos con otros países estarán a la orden del día. También está previsto modificar el acuerdo con uno de los socios de la UE al otro lado del Atlántico.

«Tendremos que esperar hasta que en Estados Unidos elijan a un nuevo presidente, llámese John McCain o Barack Obama, que se tome en serio la protección contra el cambio climático», explicó Liese.

IATA: Este plan provocará varias batallas legales internacionales

Aunque la medida ha sido aplaudida por varios sectores, también hay grupos que han expresado su desaprobación. Según Giovanni Bisignani, director general y ejecutivo de la Asociación Internacional del Transporte Aéreo (IATA), este plan provocará varias «batallas legales internacionales, al tiempo que elevará los costes del transporte».

Bisignani subrayó que las compañías aéreas ya han puesto en marcha medidas para reducir las emisiones y ahorrar combustible. «En Europa, [este plan] pone en riesgo 7,6 millones de puestos de trabajo relacionados con la aviación debido al aumento de los costes», señaló, y añadió que más de 130 países han asegurado que lo rechazarán.

Por otro lado, en una nota de investigación publicada en marzo por un analista de JP Morgan, éste afirmaba que la mayoría de las aerolíneas cumplirá con la normativa para evitar la pérdida de clientes «comprometidos con el medio ambiente».

Reino Unido a favor; EE.UU. en contra

Un partidario del CDE es el Comité de Transporte del Reino Unido, el cual ha explicado en su Informe sobre el Transporte de Mercancías, publicado recientemente, que hay temas, entre los que se incluyen la competencia y las cuestiones medioambientales, que no pueden «dejarse en manos del mercado».

Por su parte, el responsable de la Asociación del Transporte Aéreo de los Estado Unidos, James May, criticó abiertamente el sistema de comercio de derechos, y opinó que el plan es «una mala política, además de ilegal». También manifestó que «la toma de control unilateral de la UE sobre las aerolíneas estadounidenses y no europeas supone una clara violación del Convenio de Chicago», El Convenio, una agencia especializada de las Naciones Unidas encargada de coordinar y regular el transporte aéreo internacional, establece las normas del espacio aéreo, registro de las aeronaves y la seguridad. También establece la exención de impuestos para los carburantes aeronáuticos.

La Comisión Europea reconoce que es posible que las aerolíneas transfieran los costes que acarreará el cumplimiento de la norma a los viajeros, en lugar de absorberlos ellas. El precio de los billetes de ida y vuelta, según la CE, podría subir entre 4,60 y 39,60 euros, según la distancia del viaje.

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