(Aeronoticias): Son las tres de la mañana, entre mis sueños se empieza a escuchar un sonido parecido al eco de un disparo de un arma que poco a poco se intensifica hasta convertirse en una explosión de ruido, que se aleja y de nuevo empieza a fusionarse con otro igual, las aeronaves ya no dejan de pasar, continuamente, el flagelo del ruido intenso va erosionando poco a poco la tranquilidad de mi mente.
Nada nuevo sobre el horizonte, la gente impotente de poder hacer todo lo posible por acallar el ruido aéreo, solo trata de adaptarse a lo imposible, los daños auditivos producidos por las aeronaves son ya de diversos tipos, que vienen desde un tinnitus, hasta un daño en el corazón o sistema nervioso, de acuerdo a los expertos que han estudiado los efectos que producen el estrés y que ya son parte de la vida de los que tan solo esperan pacientemente que las autoridades reflexionen y hagan las correcciones que prometieron, producto sin duda de los directores anteriores que tomaron las riendas de un caballo que les quedó muy, muy grande.
Pero, ¿qué tan grande es aquel que podría ser dominado por aquellos que ahora toman su control?
Las 150 colonias, que representan a millones de ciudadanos, esperan ansiosos que al rediseño aéreo se le hagan las modificaciones necesarias y llegue la tranquilidad perdida, ya por casi por dos años, y que las operaciones aéreas se regularicen para así poder ofrecer una aviación con la garantía de seguridad con la que gozaba anteriormente.
A prácticamente un año y un par de meses para que termine el sexenio del ejecutivo, pedimos que se realice este sueño que todos esperamos.
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Fuente: A21mx