Estimados pasajeros, ¿puntualidad o previsibilidad? ¿Qué prefieren ustedes para cenar?

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(Aeronoticias): Cuando comencé a trabajar en el transporte aéreo, en 1983, como Controlador de Tránsito Aéreo en la Torre de Control del Aeropuerto Internacional de Río de Janeiro, los aeropuertos más concurridos del mundo, ¡transportaban alrededor de 25 millones de pasajeros por año! 

Han pasado cuarenta años y el tráfico anual de pasajeros, en los aeropuertos más concurridos, ha aumentado a casi 100 millones. ¡Y no hay indicios, en absoluto, de que tal tendencia de crecimiento vaya a terminar! 

Mientras que, entre 1983 y 2023, la población mundial aumentó en un factor de dos (4 mil millones a 8 mil millones), el tráfico anual en los aeropuertos más concurridos aumentó en un impresionante factor de cuatro. 

Es cierto que el tamaño de los aeropuertos ha aumentado significativamente, aunque restringido por las comunidades aledañas. Asimismo, a principios de los años veinte, la tecnología, combinada con estudios complejos, hizo posible reducir la separación vertical entre aeronaves por encima de los 29,000 pies, para permitir la separación de 1,000 pies del llamado minimum vertical separation mínima.

Pero los números nunca mienten y mientras que el espacio aéreo y la infraestructura terrestre siempre enfrentarán barreras de crecimiento críticas e inevitables, ¡la necesidad y el deseo de volar de las personas no lo harán! 

Entonces, ha llegado el momento de que los pasajeros entiendan que son un elemento importante de la ecuación demanda x capacidad y que la cultura debe evolucionar, al mismo ritmo que la tecnología. 

Los aeropuertos no podrán crecer más allá de sus limitaciones físicas... El espacio aéreo no podrá reducirse indefinidamente, entre el techo operativo de las aeronaves y altitudes más bajas, donde volar es económicamente prohibitivo. 

No debería ser una sorpresa, entonces, que se producirán retrasos, a un ritmo creciente, a medida que pasa el tiempo… ¡Se espera que seamos casi 10 mil millones, sobre la tierra, para 2050! 

Se han realizado numerosos esfuerzos para mantener la viabilidad económica del transporte aéreo en el futuro, pero los pasajeros tendrán mucho más que ver con ello de lo que podemos imaginar.

Durante los últimos 5 años, Latinoamérica ha sido atropellada por una onda promocional de los llamados modelos de operación CDM (Collaborative Decision Making), con énfasis en el concepto Europeo-Airport CDM, diseñado por Eurocontrol (tema acerca del cual, mucho se habla y muy poco se conoce) y no cabe duda de que la operación CDM tiene impacto directo en la percepción de los pasajeros, cuanto a lo que sea “eficiencia” de aeropuertos y aerolíneas. 

Está claro que si bien innumerables razones, completamente fuera del control de las aerolíneas, pueden retrasar un vuelo, desde fenómenos meteorológicos predecibles hasta el comportamiento impredecible de los pasajeros, una combinación de gestión eficaz y monitoreo en tiempo real puede permitir que las aerolíneas eficientes aseguren la previsibilidad. 

Y ahí es cuando los pasajeros deberán sabiamente añadirse a la ecuación y ayudar a las entidades de transporte aéreo a mantener el equilibrio entre la demanda y la capacidad, deteniéndose a pedir puntualidad y reconociendo que la previsibilidad es lo mejor que podemos conseguir. 

Volar no es un objetivo para nadie, es sólo el medio para estar en algún lugar, en algún momento. Entonces, ¿qué tal comenzar a preguntar «a qué hora llegaremos al destino final», en lugar de «a qué hora estaremos a bordo»? 

Ya no presionemos a las aerolíneas para que simplemente llenen el avión y lo disparen, en una congestión masiva, en tierra o en el espacio aéreo. Eso solo desperdiciará combustible, dañará el medio ambiente y nos estresará a nosotros mismos. 

¿Puntualidad o previsibilidad? ¡La opción de la cena siempre será nuestra!

*En A21 le damos una cordial bienvenida a Sergio Martins. Ingeniero, graduado en la Universidad Federal de Río de Janeiro, con posgrado en Administración, Marketing, Comunicaciones y Comercio Exterior. Director de Servicios de Tránsito Aéreo de Saab y exmiembro del Grupo de Trabajo ATFM/A-CDM de CANSO. Inició su actividad profesional como Controlador de Tránsito Aéreo en 1983 en el Control de Aproximación de Río de Janeiro. En el área técnica, se desempeñó como Despachador de Operaciones de Vuelo e Ingeniero de Operaciones en VARIG. Ingresó a la industria en 1993, trabajando para las empresas multinacionales más reconocidas del sector. Cuenta con más de 30 años de experiencia en diferentes áreas operativas y comerciales del transporte aéreo internacional.

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Fuente: A21mx

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