(Aeronoticias): En un hecho sorprendente sobre una de las frutas más queridas, se ha revelado que los pequeños puntos en la superficie de las fresas no son, de hecho, semillas. A pesar de la creencia común, estos puntos tienen una función importante en el proceso de crecimiento de la fresa y en su adaptación a su entorno.
Los puntos en las fresas, que a menudo se confunden como semillas, son en realidad receptáculos, también conocidos como aquenios, que rodean y protegen a las verdaderas semillas de la fresa. Las verdaderas semillas de la fresa se encuentran en la superficie de los receptáculos y son minúsculas, difíciles de ver a simple vista.
La función principal de estos receptáculos es servir como un tipo de protección y distribución para las semillas de la fresa. Cada uno de los pequeños puntos en la superficie de la fresa alberga una semilla en su interior. Cuando una fresa madura es consumida por un animal o cae al suelo, los receptáculos ayudan a dispersar las semillas. Al ser comidos o transportados por animales, las semillas tienen la oportunidad de propagarse y crecer en nuevos lugares, lo que beneficia la supervivencia y propagación de la planta de fresa.
Además de su función en la reproducción de la planta, los receptáculos también tienen un impacto en el sabor y la textura de la fresa. Son parte de lo que da a las fresas su característica textura crujiente y, en algunos casos, pueden aportar un sabor ligeramente amargo.
Este descubrimiento sobre los puntos de las fresas ha generado un nuevo nivel de aprecio por esta fruta común en todo el mundo. Además de ser deliciosas y saludables, las fresas también tienen un fascinante secreto botánico que las hace aún más interesantes para quienes las disfrutan.
En resumen, la creencia de que los puntos en las fresas son semillas ha sido desmitificada. Estos puntos son en realidad receptáculos que rodean y protegen las verdaderas semillas de la fresa, y tienen un papel importante en la propagación y el sabor de esta deliciosa fruta.
Fuente: La República.
