Leonardo Alvariño: El héroe olvidado de la aviación peruana que estuvo perdido 11 años

Este compatriota se adelantó a su tiempo y se convirtió en pionero de la aviación y héroe de una guerra olvidada.

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(Aeronoticias): La historia del Perú está llena de héroes que son reconocidos en el mundo entero por haber entregado su vida en el nombre de la Patria. Sin embargo, también hay de los que, a pesar de no haber llegado a ostentar dicha fama a través de los tiempos, también lo dieron todo por este país y tuvieron un trágico final.

Como es el caso de Leonardo Alvariño, pionero de la aviación peruana y héroe de la guerra contra Colombia, cuyo cuerpo solo pudo ser rescatado de la espesa selva 11 años después. Y esta es su vida.

Primeros años de vida

A pesar de no ostentar fama mundial, existen héroes peruanos que entregaron sus vidas por la Patria. Este es el caso de Leonardo Alvariño, un pionero de la aviación y figura clave en la guerra contra Colombia, cuya historia se teje con intriga y valentía. (Archivo histórico de Marina)
A pesar de no ostentar fama mundial, existen héroes peruanos que entregaron sus vidas por la Patria. Este es el caso de Leonardo Alvariño, un pionero de la aviación y figura clave en la guerra contra Colombia, cuya historia se teje con intriga y valentía. (Archivo histórico de Marina)

Nacido el 30 de agosto de 1900 en la Hacienda “Santa Clara”, provincia de Tarma, departamento de Junín, sus padres fueron el distinguido limeño Don Francisco Alvariño y la dama tarmeña Clara Herr. Contrajo matrimonio en 1929 con María Antonieta Llavería, con quien compartió la alegría de tener dos hijos.

Desde muy pequeño siempre mostró un espíritu inquieto y aventurero, el mismo que lo llevaría a la inmortalidad. Sus primeros pasos en el camino de la educación tuvieron lugar en el Colegio de San Ramón, situado en Tarma, su ciudad natal.

Sin embargo, la sed insaciable de conocimiento y la búsqueda de horizontes más amplios lo llevaron a Lima, donde ingresó al antiguo colegio de La Inmaculada. Posteriormente, su avidez intelectual lo impulsó a completar su educación media en el prestigioso Colegio de San Agustín.

Una vez culminada la etapa escolar, en marzo de 1918, a la joven edad de diecisiete años, dio sus primeros pasos en la Escuela Naval, donde pronto se destacó como uno de los oficiales más sobresalientes de su promoción.

Su carrera comenzó a despegar, y se graduó como Guardiamarina el 3 de enero de 1923, lo que marcó el inicio de su contribución a la historia peruana.

Tras su ingreso a la Escuela Naval, Alvariño fue designado para completar sus estudios y prácticas a bordo de un buque de la Compañía Peruana de Vapores (CPV), lo que lo llevó por Europa. Fue una experiencia enriquecedora que lo preparó para un futuro de hazañas y aventuras. A su regreso a Perú, fue asignado a la tripulación de los buques BAP “Almirante Grau” y “Coronel Bolognesi”.

Su lugar estaba en los aires

A veces, los héroes más valientes son aquellos cuyas hazañas permanecen ocultas en las páginas de la historia. Leonardo Alvariño, pionero de la aviación y héroe de la guerra con Colombia, es uno de ellos. (Archivo histórico de Marina)
A veces, los héroes más valientes son aquellos cuyas hazañas permanecen ocultas en las páginas de la historia. Leonardo Alvariño, pionero de la aviación y héroe de la guerra con Colombia, es uno de ellos. (Archivo histórico de Marina)

Sin embargo, el destino lo llamaba a explorar los cielos en lugar de los mares. A los veintiséis años, un nuevo capítulo de su vida lo esperaba en la Escuela de Hidroaviación de Ancón. Esta escuela estaba atravesando una etapa de reorganización bajo la influencia de la Misión Naval Norteamericana.

Como Alférez de Fragata, obtuvo su brevetado como Piloto Observador Naval el 31 de diciembre de 1926. Para 1927, fue designado en la Plana Mayor de las Fuerzas Aéreas de la Montaña. Por entonces, se estaban sentando las bases para la creación de la Línea Aérea Nacional del Oriente, y Alvariño emergió como el piloto idóneo para la tarea.

Su tenacidad y pericia lo impulsaron a emprender un vuelo histórico el 26 de octubre de 1927, cuando se convirtió en el primer piloto en volar desde Lima a San Ramón, ubicado en el Departamento de Junín.

Este logro fue más que una hazaña; significó la superación de los Andes, con elevadas cumbres como Ticlio y Morococha, ubicadas a casi cinco mil metros de altura. Su llegada a San Ramón también lo hizo con el nombramiento como Jefe de la Base Aérea, donde se dedicó a explorar la región y organizar sus operaciones.

A inicios de 1928, Alvariño inauguró el servicio postal aéreo entre San Ramón e Iquitos en forma regular, lo que implicaba volar hasta la localidad de Masisea, situada en la región de Ucayali. Al año siguiente, en julio, fue galardonado con los galones de Teniente Primero.

En enero de 1930, su vida dio un giro decisivo cuando pasó de manera definitiva al Servicio de Hidroaviación. Su dedicación y distinguida labor en la fundación y desarrollo de la Línea Aérea de la Montaña no pasaron desapercibidas, y se le otorgó la “Cruz Peruana de la Aviación” de Segunda Clase.

A la guerra

Detrás de los héroes reconocidos, se esconde una figura enigmática en la historia peruana: Leonardo Alvariño, un pionero de la aviación cuyo sacrificio en la guerra con Colombia es un testimonio de valentía. (Archivo histórico de Marina)
Detrás de los héroes reconocidos, se esconde una figura enigmática en la historia peruana: Leonardo Alvariño, un pionero de la aviación cuyo sacrificio en la guerra con Colombia es un testimonio de valentía. (Archivo histórico de Marina)

Hasta ese momento, el nombre de Leonardo Alvariño era sinónimo de la aviación pionera en Perú. Su experiencia se volvió invaluable en una época en la que la aviación en la zona recién estaba comenzando a desarrollarse. Estableció rutas aéreas que conectaron Lima e Iquitos, con San Ramón como escala estratégica.

Este logro no solo fue táctico durante el conflicto con Colombia en 1933, sino que también se convirtió en una vía de comunicación vital en tiempos de paz. Leonardo Alvariño había logrado superar el aislamiento secular de la selva peruana, allanando el camino para un futuro de conexiones y exploraciones.

Sin embargo, el 24 de marzo de 1933, se desencadenó un evento que cambiaría el rumbo de su historia. A las 3:15 de la tarde, Alvariño partió de San Ramón con destino a Masisea, acompañado de su mecánico, el suboficial de aviación 1.ª Héctor Rubio Cavassa, al mando de una escuadrilla.

Durante la misión, el clima se volvió desfavorable y peligroso. Ante la adversidad, Alvariño ordenó a los otros pilotos que regresaran a San Ramón. Esa fue última orden antes de perder contacto. El avión de Alvariño y su mecánico, desaparecieron en la vastedad de la selva sin dejar rastro alguno, sumiendo a toda una nación en la incertidumbre.

¿Dónde estás?

Leonardo Alvariño, pionero de la aviación y valiente en la guerra contra Colombia, es un ejemplo de heroísmo olvidado. (Archivo histórico de Marina)
Leonardo Alvariño, pionero de la aviación y valiente en la guerra contra Colombia, es un ejemplo de heroísmo olvidado. (Archivo histórico de Marina)

Así comenzó una búsqueda épica que mantuvo en vilo al Perú. Durante varios días, las esperanzas de encontrar a Alvariño con vida se mantuvieron, e incluso hubo especulaciones sobre la posibilidad de que nativos selváticos lo hubieran capturado.

Sin embargo, mientras las semanas se convertían en meses y los meses en años, la realidad de la desaparición de Alvariño se hizo más clara. La nación no estaba dispuesta a rendirse, y en 1939, se organizó una nueva expedición de búsqueda desde Puerto Bermúdez.

La expedición contó con la participación del cacique de la tribu campa llamado “Pirichico” y Arturo Alvariño, el hermano del piloto. Durante tres años y medio, recorrieron los cielos y la tierra, explorando las cuencas de los ríos Perené, Pichis y el Gran Pajonal.

En su última fotografía, lo vemos al lado de su madre, un testimonio conmovedor de su dedicación y valentía. (Rincón de la Historia Peruana)
En su última fotografía, lo vemos al lado de su madre, un testimonio conmovedor de su dedicación y valentía. (Rincón de la Historia Peruana)

Cada día de búsqueda fue una demostración de valentía y perseverancia. Sin embargo, no fue sino hasta el 15 de mayo de 1944 que se hizo un descubrimiento que conmocionó a toda la nación. En ese día, el cacique Pirichico logró encontrar los restos de la nave “Vought Corsair” y a sus ocupantes, Leonardo Alvariño y Héctor Rubio.

La noticia del hallazgo llegó a Lima después de una década de incertidumbre. Once años habían pasado desde la desaparición, y finalmente, Alvariño volvió a su tierra natal.

A su regreso, Alvariño fue reconocido como un héroe. La nación, en un gesto de homenaje póstumo, lo ascendió al grado de Teniente Comandante. Su legado perdura en la Base de San Ramón, que lleva cambio su nombre a “Capitán Alvariño”.

Fuente: infobae.com

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