(Aeronoticias): Las aerolíneas están reduciendo vuelos y ajustando sus planes de contratación de pilotos y asistentes de vuelo debido a que preparan para recibir menos aviones Boeing de lo planeado anteriormente. Esto se debe a la disminución en la producción de su jet más vendido, el 737 MAX, que enfrenta un mayor escrutinio por parte de la Administración Federal de Aviación (FAA) y el Departamento de Justicia de Estados Unidos.
Southwest Airlines anunció una reducción en la capacidad de vuelo y está revaluando su orientación financiera, citando entregas de jets Boeing menores a las esperadas. Como resultado, sus acciones cayeron aproximadamente un 15%.
United Airlines ha pausado la contratación de pilotos por dos meses y busca nuevos aviones de Airbus, rival de Boeing, para llenar el vacío. Alaska Air también reportó que sus planes para el año están, en cambio, debido a la incertidumbre sobre las entregas de la empresa.
Boeing anunció una serie de medidas para mejorar la calidad, incluyendo controles de cumplimiento y auditorías de calidad en su fábrica de 737, y se comprometió a frenar la práctica de trabajo viajado, que aumenta el riesgo de errores en la producción.
Según The Wall Street Journal, estos pasos son en respuesta a una auditoría de producción de la FAA y hallazgos recientemente publicados por un panel independiente que revisó las prácticas del fabricante de aviones después de dos accidentes fatales del 737 MAX en 2018 y 2019.
Estos problemas han causado que las aerolíneas abandonen las esperanzas de recibir los modelos más pequeños y más grandes de jets MAX este año debido a la creciente incertidumbre sobre cuándo los reguladores aeronáuticos aprobarán estos modelos. United Airlines ha retirado indefinidamente los jets MAX 10 más grandes de su horario, mientras que Southwest ya no espera recibir los 27 jets MAX 7 que esperaba para 2024.
Southwest Airlines, que opera exclusivamente aviones Boeing, es particularmente vulnerable a los problemas del fabricante y ha anunciado que reducirá su capacidad de vuelo principalmente en la segunda mitad del año. La aerolínea ahora espera recibir solo 46 de los 79 MAX planes previstos para este año y ha reducido sus planes de contratación de pilotos en más del 50% y de asistentes de vuelo en más del 60%.
Alaska ha reportado que el aterrizaje forzoso de tres semanas de los jets MAX 9 después del incidente de la puerta en enero, ha afectado las ganancias por al menos USD 150 millones. Aunque la aerolínea ha recibido una compensación parcial de Boeing, esto subraya el impacto financiero de los retrasos en las entregas de Boeing.
La aerolínea de bajo costo irlandesa Ryanair también anunció recortes en su horario durante la temporada alta de verano, anticipando que las entregas de aviones Boeing serán menores a las esperadas.
A pesar de estos desafíos, algunas aerolíneas permanecen optimistas de que Boeing superará estos obstáculos. American Airlines, por ejemplo, expresó su confianza en el fabricante al ordenar 85 nuevos jets Boeing MAX 10 la semana pasada, esperando que la compañía pueda entregar los nuevos MAX 10 para 2028.
Estos retrasos y ajustes en las operaciones reflejan los desafíos continuos que enfrenta el sector aéreo, agravados por los problemas de producción y calidad de Boeing, dejando a las aerolíneas luchando por adaptarse a un panorama cambiante.
Fuente: infobae.com