(Aeronoticias): El cambio climático se ha convertido en una de las principales preocupaciones para la agricultura peruana, especialmente en la producción de ingredientes emblemáticos como la papa, el maíz y el ají. Según un reciente informe del Ministerio de Agricultura y Riego (MINAGRI), se estima que el aumento de las temperaturas y la variabilidad de las precipitaciones podrían reducir significativamente la productividad de estos cultivos fundamentales.
La papa, uno de los pilares de la dieta peruana y un cultivo de gran importancia económica, enfrenta desafíos serios. Las temperaturas más altas afectan el crecimiento y desarrollo de las plantas, lo que podría resultar en una disminución del rendimiento en regiones como los Andes, donde se cultivan cientos de variedades de este tubérculo. “Los agricultores están notando cambios en los ciclos de cultivo y una mayor incidencia de plagas, lo que pone en riesgo su producción”, alertó el ingeniero agrónomo Carlos Huamán.
Por otro lado, el maíz, otro cultivo básico en la alimentación nacional, también se ve amenazado. Las sequías prolongadas y las lluvias intensas han alterado los patrones de siembra y cosecha. “El maíz morado y el maíz blanco, que son fundamentales para nuestra gastronomía y cultura, están en peligro si no se implementan medidas adaptativas”, advirtió María Torres, especialista en agricultura sostenible.
El ají, un ingrediente clave en la cocina peruana y reconocido internacionalmente por su calidad y sabor, tampoco escapa a los efectos del cambio climático. Los cambios en las condiciones climáticas pueden afectar su sabor, textura y cantidad de producción, lo que podría impactar tanto en el mercado nacional como en las exportaciones. “El ají amarillo y el ají limo son variedades que podrían perder su distintivo sabor si las temperaturas continúan en aumento”, señaló el productor agrícola Juan Pérez.
Ante esta situación, los expertos han hecho un llamado urgente a las autoridades y a los agricultores para que adopten prácticas agrícolas sostenibles y resilientes. “Es fundamental invertir en investigación y desarrollo, así como en la educación de los productores sobre técnicas que les permitan adaptarse a los cambios climáticos”, concluyó Huamán.
La comunidad agrícola peruana tiene la oportunidad de innovar y adaptarse, asegurando la producción de estos ingredientes que son parte integral de la identidad cultural y gastronómica del país. La colaboración entre el sector público y privado es esencial para abordar este desafío y garantizar un futuro sostenible para la agricultura peruana.
Fuente: Sebastián Julián Palacín Newell.