“Esta es una clara muestra de solidaridad del presidente García y también una demostración de buena vecindad que lo honra y de igual manera al pueblo que representa”, subrayó la mandataria chilena mientras el viento batía su rubia cabellera, vistiendo un traje azul pastel.
Momentos antes, reveló a los periodistas que la entrevistaron en el mismo ambiente que el número de muertos ya había superado los 800 y que 29 hospitales de la región Maule, más afectada por el terremoto habían colapsado, sobre todo en las localidades de Concepción, Talca y Curicó, con cuyos Intendentes y Gobernadores había coordinado la mejor manera de afrontar los dramáticos sucesos que incluyen falta de agua y de electricidad.
“Pero, la ayuda ya va llegando, ya va llegando”, concluyó la Jefa del gobierno chileno, en tono tranquilizador.