Por Palaking Honesto – «Mishkina»: Buen Intento, Pero el Trato Deja Mucho que Desear

En conclusión, Mishkina es un restaurante que tiene el potencial de ofrecer una experiencia culinaria única con sus platos de la selva peruana y sus tragos temáticos. Sin embargo, el mal manejo de las relaciones comerciales, como la falta de respeto por los acuerdos previamente pactados con los influencers, empaña la experiencia y pone en duda si vale la pena recomendarlo. La comida es aceptable, los tragos interesantes, pero el trato recibido deja un mal sabor de boca que difícilmente se olvida.

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(Aeronoticias):

Ubicado en Lima, Mishkina es un restaurante que se especializa en ofrecer comida de la selva peruana, con una propuesta única que invita a los comensales a disfrutar de platos exóticos y tragos temáticos. Sin embargo, a pesar de tener un concepto interesante y platos que cumplen con lo prometido, la experiencia fue empañada por un mal trato, especialmente considerando la relación con los influencers y la falta de profesionalismo en cuanto a acuerdos.

Como influencer, esperaba que la colaboración fuera fluida, acorde con los términos previamente acordados. Sin embargo, Mishkina intentó pagarme solo la mitad de lo acordado por grabar en su local, un error considerable cuando se trata de la promoción de un restaurante que se beneficia de la visibilidad en plataformas como la mía. Este tipo de trato genera una sensación de desconfianza, algo que es fundamental evitar en el mundo de las colaboraciones y el marketing de influencers.

En cuanto a la comida, Mishkina ofrece una propuesta de platos selváticos que, si bien son decentes, no logran destacar por encima de otros restaurantes de cocina peruana. Los tequeños, por ejemplo, fueron simplemente normales, sin nada que los hiciera sobresalir. La comida, aunque en general estaba bien, no tenía ese toque de innovación o sabor profundo que se esperaría de un lugar que intenta mezclar tradición y creatividad. En resumen, es una comida aceptable, pero nada que llame demasiado la atención o haga que se desee regresar.

Por otro lado, los tragos temáticos fueron una grata sorpresa. Estaban bien presentados y contaban con una mezcla interesante de sabores, lo que demuestra que el restaurante tiene un buen manejo en la creación de cócteles visualmente atractivos y sabrosos. Es uno de los pocos puntos altos de la experiencia, ya que lograron capturar la esencia de la selva no solo en sus platos, sino también en la bebida, que se convirtió en un símbolo de la propuesta.

A pesar de la presentación atractiva y de los tragos bien elaborados, el mal trato hacia los influencers como Palaking no puede ser ignorado. El servicio en general era correcto, pero el enfoque en las relaciones comerciales y el manejo de la colaboración dejó mucho que desear. Como profesional que promueve y colabora con marcas, uno espera ser tratado con respeto y que los acuerdos se respeten, algo que no ocurrió en esta ocasión.

En conclusión, Mishkina es un restaurante que tiene el potencial de ofrecer una experiencia culinaria única con sus platos de la selva peruana y sus tragos temáticos. Sin embargo, el mal manejo de las relaciones comerciales, como la falta de respeto por los acuerdos previamente pactados con los influencers, empaña la experiencia y pone en duda si vale la pena recomendarlo. La comida es aceptable, los tragos interesantes, pero el trato recibido deja un mal sabor de boca que difícilmente se olvida.

Fuente: Sebastián Palacín