Starlink: la nueva era de desorbitación satelital dispara las preocupaciones ambientales y de seguridad espacial

El reingreso diario de satélites Starlink intensifica el reto del tráfico y la contaminación espacial

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(Aeronoticias): Aviación Digital, Sp.- La industria aeroespacial atraviesa una transformación inédita ante el crecimiento acelerado de la constelación Starlink. Desde octubre de 2025, hasta cuatro satélites Starlink reingresan cada día a la atmósfera terrestre, cifra que todavía puede aumentar en los próximos meses. La actual flota operativa supera los 8.500 satélites, con planes de expansión continua por parte de SpaceX.

Este fenómeno ha despertado la preocupación de expertos y reguladores. Según Jonathan McDowell, del Centro de Astrofísica Harvard-Smithsonian, el ritmo de reingresos ha multiplicado por diez la media mundial respecto a la era previa a Starlink. Cada satélite genera alrededor de 30 kg de óxido de aluminio al desintegrarse, compuesto que —según estudios recientes— puede afectar la capa de ozono. Las cifras indican que los niveles atmosféricos de óxido de aluminio se han multiplicado por ocho entre 2016 y 2022, agravados por la actual frecuencia de desorbitación.

Además, el informe medioambiental de la Agencia Espacial Europea alerta de que, de promedio, más de tres satélites y cuerpos celestes reingresan a diario. Aunque SpaceX controla sus maniobras de desorbitación para reducir riesgos de colisión, otros objetos sin control suponen una amenaza creciente para la seguridad terrestre.

Las agencias internacionales y la FAA están revisando sus normativas para requerir la desorbitación de naves en plazos más estrictos. Mientras la industria se prepara para un futuro dominado por megaconstelaciones, se impone la necesidad de nuevas estrategias de mitigación de desechos y protección ambiental.

Las implicaciones para la aviación y el espacio dibujan un horizonte donde la vigilancia, la regulación internacional y el desarrollo de tecnologías sostenibles serán cruciales para ordenar el espacio cercano a la Tierra y evitar el riesgo de saturación orbital y contaminación invisible pero creciente.

Fuente: aviaciondigital.com