(Aeronoticias):
El crecimiento sostenido del tráfico aéreo mundial ha llevado a aerolíneas y autoridades aeroportuarias a reconsiderar una variable históricamente sensible: el uso de operaciones nocturnas como herramienta para optimizar la capacidad aeroportuaria. En 2025, este enfoque vuelve al centro del debate técnico como una alternativa viable frente a la saturación de aeropuertos, especialmente en regiones donde la expansión física de la infraestructura es limitada o políticamente inviable.
Lejos de tratarse de una solución improvisada, la redistribución horaria del tráfico aéreo responde a estudios técnicos, análisis de eficiencia operativa y modelos de gestión de capacidad ampliamente discutidos en la literatura especializada en transporte aéreo.
La congestión aeroportuaria como problema estructural
La congestión en aeropuertos no es un fenómeno coyuntural. Diversos estudios coinciden en que se trata de un problema estructural asociado al crecimiento de la demanda, la concentración de operaciones en determinadas franjas horarias y las limitaciones físicas y ambientales de los aeropuertos.
Según la International Civil Aviation Organization (ICAO), la congestión reduce la eficiencia del sistema aéreo, incrementa los costos operativos y afecta negativamente la puntualidad y la seguridad operacional (ICAO, Global Air Navigation Plan).
Horarios pico y subutilización nocturna
La mayoría de aeropuertos presenta una fuerte concentración de operaciones durante las primeras horas de la mañana y la tarde. En contraste, las franjas nocturnas suelen mostrar subutilización significativa, incluso en aeropuertos de alto tráfico.
Investigaciones en gestión aeroportuaria señalan que una redistribución parcial de vuelos hacia horarios de menor demanda puede:
- reducir demoras,
- mejorar la utilización de pistas,
- disminuir presión sobre control de tráfico aéreo,
- aumentar la resiliencia del sistema ante perturbaciones.
Beneficios operativos documentados
Desde un punto de vista técnico, el uso controlado de operaciones nocturnas ofrece ventajas claras. Estudios publicados en el Journal of Air Transport Management destacan que la expansión horaria es una de las pocas estrategias capaces de aumentar capacidad sin inversión inmediata en infraestructura física.
Entre los beneficios identificados se encuentran:
- menor congestión en plataformas y rodajes,
- mayor previsibilidad operativa,
- reducción de costos asociados a demoras,
- mejora en la eficiencia del uso de slots.
El principal límite: el impacto acústico
El mayor obstáculo para las operaciones nocturnas no es técnico, sino social y ambiental. El ruido aeronáutico durante la noche tiene efectos documentados sobre la salud, incluyendo alteraciones del sueño y aumento del estrés.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha establecido recomendaciones estrictas sobre niveles de ruido nocturno, lo que ha llevado a muchos aeropuertos a imponer restricciones horarias o límites operativos.
Por esta razón, cualquier expansión nocturna debe considerar:
- aeronaves más silenciosas,
- procedimientos de aproximación optimizados,
- incentivos económicos para flotas modernas,
- diálogo con comunidades cercanas.
Regulación y gestión equilibrada
La experiencia internacional muestra que los modelos más exitosos son aquellos que combinan flexibilidad operativa con regulación estricta. No se trata de liberalizar indiscriminadamente la noche, sino de permitir operaciones bajo criterios técnicos claros y medibles.
La European Union Aviation Safety Agency (EASA) y la FAA coinciden en que la gestión horaria debe integrarse a una estrategia más amplia de eficiencia, sostenibilidad y aceptación social.
El rol de la tecnología
La modernización de la gestión del tráfico aéreo ha permitido que operaciones nocturnas se realicen con mayores márgenes de seguridad. Sistemas de navegación avanzada, aproximaciones de precisión y herramientas predictivas reducen la necesidad de esperas prolongadas y maniobras ruidosas.
La literatura técnica señala que la combinación de tecnología + planificación horaria es más efectiva que cualquiera de estas medidas por separado.
Una solución parcial, pero necesaria
Desde un enfoque académico, el consenso es claro: las operaciones nocturnas no son una solución única, pero sí una herramienta relevante dentro de un conjunto de estrategias para gestionar el crecimiento del tráfico aéreo.
Frente a la dificultad de construir nuevos aeropuertos o pistas, la optimización del tiempo se presenta como una de las pocas variables aún disponibles para aumentar capacidad sin comprometer seguridad.
El replanteamiento de los horarios nocturnos en 2025 refleja una maduración del debate aeronáutico. La industria comienza a aceptar que el crecimiento del tráfico requiere soluciones complejas, basadas en evidencia técnica, análisis de impacto y diálogo social.
Utilizadas de manera responsable y regulada, las operaciones nocturnas pueden contribuir a un sistema aéreo más eficiente, resiliente y sostenible, sin ignorar las legítimas preocupaciones ambientales y comunitarias.
Fuente: Sebastian Palacín



