En carta dirigida a la titular de la institución recaudadora, Nahil Hirsh, el gremio exportador manifestó que la informalidad en los intermediarios repercute negativamente en las empresas del sector y en el Estado mismo, pues éstos (intermediarios) compran a los pequeños recicladores sin factura de por medio y al momento de vender a los exportadores, evaden el pago del IGV a la SUNAT, pese a emitir factura y recibir ese impuesto por parte de los empresarios del sector.
Este hecho determina que el intermediario tenga márgenes de ganancia en un promedio del 19% del valor del producto, generando una distorsión en el mercado, una competencia desleal y un delito tributario de evasión.
El problema para las empresas exportadoras surge cuando solicita a la SUNAT la devolución del saldo a favor del exportador (devolución del IGV), el cual es devuelto por la SUNAT a la empresa intermediaria sin haberlo recaudado previamente, lo que genera que esas empresas “informales” se conviertan en No Habidas, pese a lo cual continúan con su ilícito accionar con la creación de un nuevo RUC a través de otras personas naturales o jurídicas.
“Por ello se plantea la necesidad de modificar el sistema de detracción en la venta de desechos y desperdicios sólidos, incrementando el porcentaje a 19%. De esa manera se asegurará los impuestos en las arcas del Estado y se combatirá la evasión”, señaló a su turno, Ysabel Segura, Gerente de Manufacturas de ADEX.
Entre las consecuencias del accionar de los intermediarios se encuentran el lucro ilegal por el no pago del IGV, la alteración de las condiciones del mercado, pérdidas importantes y sobrecostos para el Estado en la fiscalización del IGV (en la comercialización de los desechos y desperdicios sólidos); asimismo, sobrecostos, pérdida de competitividad y recuperación tardía del IGV para la empresa exportadora, entre otros.
Para ADEX, el objetivo de su planteamiento es que la Administración Tributaria tenga mejores condiciones que faciliten la formalización y fiscalización del mercado, así como desalentar la expectativa de la comercialización informal, evitando las distorsiones en el mercado.
Las cifras
Según la ONG Ciudad Saludable, el Perú exportó en el 2008 residuos sólidos procesados como aluminio (US$ 4.4 millones), cobre (US$ 28.5 millones), plásticos (US$ 20.5 millones), hierro y acero (US$ 6 millones), papel (US$ 907 mil), plomo (US$ 110 mil) y vidrio (US$ 174 mil). Sin lugar a dudas una oportunidad de negocio y desarrollo social que no puede perjudicarse por la irresponsabilidad de un grupo de negociantes.
Además señaló que en el Perú se dedican al reciclaje más de 109 mil personas, quienes con su trabajo no solo contribuyen al cuidado de nuestro medio ambiente, sino que generan sus propios puestos de trabajo y contribuyen con la economía de sus familias.