(Aeronoticias):
En el barrio de Ripponlea, Attica redefine lo que significa comer con propósito. Liderado por el chef Ben Shewry, este restaurante fusiona ingredientes autóctonos como gusanos witchetty, kangaroo y lemon myrtle con presentación contemporánea y una profunda conciencia ecológica y social.
Shewry, formado en la prestigiosa William Angliss Institute y con entrenamiento en Nueva Zelanda y Europa, ha convertido Attica en el epítome de la cocina bush tucker moderna con ética. El lugar ha recibido premios como Chef/Restaurant of the Year por Gourmet Traveller y mantiene presencia constante en World’s 50 Best, además de contar con la certificación BCorp por su responsabilidad ambiental y social.
Slogan: “Bush meets luxury with respect”.
Misión: rescatar y dignificar sabores indígenas, protegiendo ecosistemas y comunidades.
Visión: ser un modelo gastronómico global que articule sabor, sostenibilidad y humanidad.
¿Por qué ir?
- Ventajas únicas: ingredientes nativos que no encontrarás en ninguna otra parte, presentados con técnica mundial.
- Platos destacados: gusano witchetty sobre puré de yuca ahumada, kelp con nabo fermentado, chocolate de bush realmente inolvidable.
- Ambiente: íntimo (40 cubiertos), con diseño acogedor en una antigua sucursal bancaria rodeada de un frondoso jardín.
- Accesibilidad y servicio: menús en inglés, opciones vegetarianas, atención pausada con explicaciones sobre los ingredientes de origen.
- Precios: menú degustación ~150 USD, maridaje +80 USD.
- Código de vestimenta: smart casual elegante. No se espera traje, pero sí vestimenta sofisticada para una cena especial.
Polémicas:
Algunos comensales no acostumbrados a la textura de insectos la han encontrado “intimidante”. Shewry defiende: “El gusano no es un capricho, es cultura”.
Conclusión para el indeciso:
Si buscas una experiencia que combine ética, sabor y cultura en un solo servicio, aquí la encontrarás. No es solo comida, es una declaración.
Fuente: Sebastian Palacín.