(Aeronoticias).- Luego de que se oficializara la candidatura de Eduardo Villarán a la presidencia del Jockey Club del Peru, hemos recibido la posición del connotado socio Jorge Manzur (socio Nº 4334) ya que creemos que es muy importante para tener otro punto de vista de los problemas que afronta la institución representativa de la hípica peruana.

Adjuntamos el contenido de las cartas:
Carta 1
Estimado consocio:
El idioma nos sirve para expresar nuestras ideas, y si no fuera así, el lenguaje hablado o escrito no tendría mayor sentido. Si ignoramos la palabra “corrupción”, ¿cómo se puede describir una venta sin aprobación de los dueños, y la presentación de poderes falsificando las firmas de sus titulares, las mismas que fueron “legalizadas por notario público”, y cuyas facturas fueron pagadas, no por el poderdante, sino por el Jockey Club del Perú, es decir, por Usted y por nosotros, según consta en la contabilidad de la Institución?. Y todo esto hecho por y/o con el conocimiento y consentimiento de aquellos sujetos que fueron elegidos por los socios para defender a la Institución.
Estimado consocio:
De acuerdo con el compromiso contraído con Usted, cumplo con enviarle la carta que el ex presidente, Francisco Vainstein Borrani dirigiera a los socios del Club, con fecha 30 de Enero de 2010. Cabe destacar que, como se puede apreciar en los videos, durante la asamblea del 05 de enero de 2000, Eduardo Villarán Aizcorbe, Francisco Vainstein Borrani y Raúl Castro Stagnaro no tuvieron mayores controversias sino más bien claras convergencias. Es más, se aprecia una total coincidencia en considerar como enemigo común al ex presidente señor Mario Manzur Chamy. La gran influencia de Eduardo Villarán en el Consejo Directivo presidido por Francisco Vainstein Borrani era evidente, y no sólo porque Vainstein había sido su vicepresidente, sino porque además, el director secretario de Vainstein era Augusto Figari Garfias, quien era y es persona de toda la confianza de Eduardo Villarán (director en sus dos últimos Consejos Directivos, 1,995-1,997, y 1,997-1,999), así como también eran de su total confianza los entonces directores Fernando Fernández y Javier Arteaga, entre otros miembros de ese Consejo Directivo que, entre otras lamentables decisiones, se desprendió, de un modo muy cuestionable, de la propiedad del “Jockey Plaza Shopping Center”. Todo esto, sumado a su escandalosa y desastrosa gestión 1,995-1,999, dejó a nuestra querida Institución al borde del abismo, según corrobora su propio vicepresidente en la carta incluida en este documento. En los videos se puede apreciar la empatía existente entre él y el directorio de Vainstein, y también se puede apreciar cómo Eduardo Villarán Aizcorbe pretendía infructuosamente descalificar al ex presidente señor Mario Manzur Chamy, líder natural e indiscutible de la defensa del Club y de sus socios. Por el contrario, Eduardo Villarán Aizcorbe aplaudía entusiastamente a un conocido abogado de Vladimiro Montesinos que argumentaba calurosamente su posición, y la de los “poderes” que representaba, favorable a la “venta” de nuestro patrimonio, También se puede apreciar los encendidos argumentos del doctor Raúl Castro Stagnaro a favor de la venta, no obstante ser el representante de la empresa que “había ya sido escogida para comprar los terrenos ocupados por el Jockey Plaza”.
Cabe destacar el hecho de que, en marzo de 1,999, Francisco Vainstein fue elegido presidente del Club por una pequeña diferencia de votos, y gracias al decidido e incondicional apoyo de Eduardo Villarán Aizcorbe quien, en ese entonces, para lograr sus objetivos, consideramos que fue mucho más allá de los límites que la ética y su condición de presidente en ejercicio le permitían. Como pruebas de ello, entre otras cosas, cabe recordar los mensajes plagados de mentiras y ataques al candidato opositor, Ing. Lelio Balarezo Young, enviados por él a los socios entre enero y marzo de 1,999, es decir, durante el período pre electoral, mensajes que sólo 6 meses después fueron desmentidos por su vicepresidente, y que Vainstein implícitamente los vuelve a desmentir en la carta incluida en este documento; por otro lado, está la fastuosa cena que realizó en el Palco Oficial para presentar a los socios vitalicios su delfín, es decir, su vicepresidente Vainstein, cena pagada por la Institución, y durante la cual engañó a esos respetables señores haciéndoles creer que el JCP gozaba de excelente salud económico-financiera por lo que, la mayor parte de quienes asistieron, seguramente jamás lo perdonarán; y finalmente cabe recordar el ingreso masivo de nuevos socios durante los últimos tiempos de su período, gran parte de los cuales estaban estrechamente ligados al montesinismo predominante durante aquella época. Muchos de estos nuevos socios fueron admitidos sin pagar siquiera una cuota inicial, y con el sólo compromiso de cancelar letras mensuales de US$ 200, otorgándoles mediante esta argucia el derecho de votar en las elecciones de marzo de 1999. No abundaremos más sobre este tema porque no consideramos justo mencionar en este documento nombres de socios o ex socios que no son responsables de los desatinos de ese Consejo Directivo, pero si Usted tuviera dudas, y quisiera pruebas concluyentes puede solicitarlas por la misma vía.
Entonces, ¿cómo explicarnos los actuales enfrentamientos entre Eduardo villarán y los otros dos individuos?. Es muy posible que la explicación de estos posteriores enfrentamientos esté en que los tres estaban estrechamente unidos a través de un sólido cordón umbilical. Al parecer, al haber desaparecido trágica e inesperadamente ese sólido cordón umbilical, se ha producido lo que Eduardo Villarán Aizcorbe denominó en su mensaje a los socios del 02 de noviembre del año pasado una “disputa de mercaderes”.
Recientemente ha aparecido un panfleto anónimo que, intentando crear confusión, pretende a “río revuelto” obtener “ganancias de pescadores”. Aunque, como dijimos, ese elegante y costoso panfleto es anónimo, sus autores intelectuales son fácilmente identificables, puesto que se expresan con los mismos términos empleados en numerosas y onerosas “entrevistas televisivas”, además de costosas “aclaraciones” por periódicos. Seguramente Usted como yo, habrá recibido en su casa u oficina ese anónimo que no se identifica, posiblemente para evadir responsabilidades.
Ese panfleto anónimo que hace apología del tristemente ex presidente Vainstein, también hace cobarde leña del árbol caído. Me refiero al proceso que se le sigue al doctor Quimper, y sobre el que no le corresponde a nadie pronunciarse, sino sólo al Poder Judicial, por más que haya quienes que, en el extremo de su soberbia y delirio, alucinen ser dueños y señores de dicho Poder del Estado. Ese proceso en nada puede servirles de argumento que ayude a la sórdida causa que intentan defender y no tiene tampoco nada que ver con la justa causa del Jockey Club del Perú y de sus socios. Sin embargo, los gestores de dicho panfleto pasan por alto uno de los mayores escándalos de corrupción, como es el lavado de dinero en gran escala sucedido durante la era montesinista. En efecto, Leopoldo Enríquez, flamante ex representante de Amerinvest, hoy Portalia, banquero suizo, chileno, norteamericano, titular de la cuenta Perinvest en el BIF, cuenta supuestamente instituida para pagar al JCP la “venta del Jockey Plaza”, ha sido requerido por la justicia peruana para que explique cómo y porqué esta cuenta Perinvest fue usada para el lavado de 8 millones de dólares de la corrupción, que salieron a través de Perinvest. Se ha pretendido justificar con que eso fue un lamentable error del Sistema Bancario. Es prácticamente imposible que el Sistema Bancario cometa tamaños errores, y menos cuando se trata de lavado de dinero, y nada menos que de 8 millones de dólares. A la luz de estos hechos, no es para nada descabellado que este carrusel de idas y venidas de grandes cantidades de dinero que “pasaron” por esta cuenta, estuviera relacionado con la corrupción montesinista, y en consecuencia, que todo esto estuviera relacionado con el “pago” para la que fue instituida: saque Usted sus propias conclusiones. Estimado consocio, si Usted o yo hubiésemos sido titulares de esa cuenta, o estuviéramos relacionados de alguna manera con ella, hubiésemos pasado muchos años en la cárcel.
Este panfleto anónimo pretende meter en un mismo saco a Eduardo Villarán y al doctor Carlos Roe, posiblemente porque la administración del doctor Roe inició procesos judiciales para la recuperación del patrimonio del Jockey Club del Perú y que a pesar de la “costosa defensa” que hacen de esa “venta”, la verdad va saliendo a la luz y no se puede seguir manteniendo esta costosa, por no decir generosa y dispendiosa farsa, hecha a todo dar, con extrema generosidad, haciendo uso inadecuado de los casi 80 millones de dólares que ya han recibidos por concepto de alquileres que, en estricta justicia, le correspondería haber recibido al Jockey Club del Perú. Con toda seguridad, íntimamente nadie puede ni debe sentir mucho orgulloso por la forma en que han obtenido las vergonzosas y cuestionables resoluciones judiciales a las que hace referencia ese lamentable panfleto.
Si Usted, estimado consocio es abogado o tiene un pariente o amigo que lo sea y en quien confíe lo instamos a que le consulte. Nosotros nos comprometemos a hacerle llegar las resoluciones judiciales y los argumentos de ambas partes. Si sólo un abogado, o estudiante de leyes, de comprobada independencia y buena fe no quedara convencido de los excesos y sacrilegios legales, por decirlo de algún modo, que nosotros consideramos están contenidos en esas resoluciones, consideraríamos seriamente la posibilidad de renunciar a continuar los respectivos juicios. Estas resoluciones, según nuestro buen entender, son una agresión a la razón, un insulto a la inteligencia, y también un insulto al sentido común de quien las lee. Quienes las han promovido, al parecer, se empeñan en que el Perú se desplace de ser un país en vías de desarrollo para alcanzar el más bajo nivel del subdesarrollo.
Pero este asunto aún no ha terminado, y en este país aún quedan muchos magistrados probos que estamos seguros no se dejarán sorprender. Los juicios por los que tienen que responder son varios y todos ellos de una claridad meridiana, por lo que cada vez se les hace más difícil que aquellas personas encargadas de velar por la justicia “entiendan” sus peculiares, subjetivos, e interesados puntos de vista. Por último, queda el recurso ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos, de la que el Perú es signatario, y a la que estamos convencidos que podemos recurrir por haberse violado, abierta y flagrantemente, según nuestro buen entender y el de nuestros abogados, la jurisprudencia, el Código Civil del Perú, el debido proceso, y en definitiva, el derecho de defensa de los socios del Club, lo que seguramente debe ser motivo de profunda preocupación para algunos, y los lleva a cometer errores como publicar panfletos anónimos.
También nos repite lo que reconoció en su informe a los socios el 15 de septiembre de 1,999, que entre diciembre 1995 y agosto 1998 (durante la presidencia de Eduardo Villarán Aizcorbe) se gestaron endeudamientos por “31 millones 277 mil dólares”, y como nos dijera en ese mismo informe, este endeudamiento se hizo a pesar de que bajo la presidencia de Eduardo Villarán Aizcorbe y la vicepresidencia de Francisco Vainstein Borrani, se recibieron más de 53.5 millones de dólares como ingresos extra hípicos.
A continuación, el texto completo de la carta dirigida a los socios del Club por el ex presidente Francisco Vainstein.
COMITÉ DE CAMPAÑA CONTRA LA CORRUPCION INSTITUCIONAL
Jorge Manzur – Jefe de Campaña – Socio 4334 – DNI 07206922
Lima, 30 de enero 2010
Estimados consocios del Jockey Club del Perú:
Ante las afirmaciones vertidas por el ex Presidente Eduardo Villarán Aizcorbe en su carta del 02 de noviembre 2009 dirigida a ustedes, donde ofrece una versión totalmente alejada de la realidad sobre Ia venta de los terrenos del club durante mi gestión directriz 1999-2000, me veo en Ia obligación de molestar su atención para precisar Ia verdadera situación econórnica financiera de la institución en aquel entonces y aclarar así la desinformación que el citado ex Presidente pretende presentar como hechos sin tener ningún sustento real.
Iniciaré informando, como asunto de forma, que Ia venta se produjo el año 2000, no el 2001; así como que Ia asamblea del 05 de enero del 2000, se inició en segunda convocatoria a las 2.30 pm y no a las 11:00 am como él afirma.
En dicha asamblea, los consocios allí reunidos, participaron del más exhaustivo debate que registran los anales del club, con Ia participación activa de 45 oradores, ante la presencia de notario público colegiado. Al momento de Ia votación emitieron sus votos consignando su firma individual, con Ia exhibición de poderes válidos. Así, acordaron autorizar al consejo directivo para que procediera a vender terrenos de propiedad de la institución, mediante concurso público, otorgando prioridades para las dos alternativas presentadas, precisando para cada una de ellas Ia modalidad de venta, los lotes de terrenos involucrados, el precio y las condiciones base para la venta.
El acto completo de esta asamblea, debido al procedimiento empleado para garantizar su transparencia dada su trascendencia, está grabado en un extenso vídeo que registra en forma ininterrumpida todas las ocurrencias de la asamblea y que formó parte de los actuados judicialmente.
En marzo del 2003 publiqué mi libro, «Radiografía de una crisis: Jockey Club del Perú», haciendo de conocimiento público Ia realidad económica financiera del club en 1999, sin haber merecido absolutamente rectificación alguna sobre su contenido.
Como deben estar enterados, el Poder Judicial, a nivel de la Corte Suprema, ya se pronunció con sentencia CAS NRO. 1538-2006, de fecha 31 de julio 2006, otorgando validez plena al contrato de compra-venta celebrado como consecuencia de los actos posteriores a la citada asamblea. Asimismo, con sentencia CAS. NRO. 1121-07, de fecha 19 de junio 2007, ha declarado INFUNDADOS los litigios planteados por cinco consocios, reconociendo y estableciendo la validez de los acuerdos adoptados en dicha asamblea.
Ahora, años después que la justicia nacional convalidara nuestra pulcra gestión directiva, ante la temeraria y falaz afirmación del ex Presidente Villarán referida a: «por una deuda perfectamente manejable con los ingresos que teníamos por cobrar a CCPSA y avalada por Wiese Leasing…», debo reiterar enfáticamente que en 1999 el Jockey Club del Perú se encontraba frente a Ia más grave crisis económica financiera de su historia, realidad que sustentaré para recordarle a usted que fuera informado oficialmente en 1999, así como para darla a conocer a los nuevos socios ingresados a partir de aquel entonces.
Cabe que nos preguntemos: si el ex Presidente Villarán afirma que era «una deuda perfectamente manejable con los ingresos que teníamos por cobrar a CCPSA…»,
¿Por qué entonces no Ia dejó refinanciada? Al respecto, paso a demostrar Ia verdad frente a las informaciones erróneas presentadas por Ia parte interesada en desinformar.
Simplemente, no estaban disponibles por haber sido comprometidos anteriormente entre diciembre 1995 y agosto 1998- en su totalidad hasta el año 2004, habiendo quedado como obligaciones de pago conforme a la siguiente información preparada en 1999, en miles de US $, para las entidades bancarias, durante el infructuoso proceso de lograr su refinanciamiento:
Adicionalmente y desde diciembre de 1995 estos importantes ingresos también habían quedado comprometidos en más del 30% para el periodo de los años 2005 al 2010 a fin de cumplir con el pago anual de aproximadamente US $ 1.5M por concepto del préstamo recibido de Centros Comerciales del Perú S.A. —CCPSA-, entre los años 1995 a 1997.
Dentro de este pavoroso panorama de falta de liquidez, Ia situación empeoró aún más en el segundo semestre de 1999 ante el incumplimiento del pago de US $ 6.6M por CCPSA, que correspondían a los años vencidos, 1998 y 1999, por el segundo contrato de derecho de uso de superficie suscrito con el club en septiembre de 1997. Ante Ia total ignorancia institucional, Ia banca nacional mantenía entonces una óptica de reserva frente a CCPSA, superficiario estelar y único brazo de apalancamiento financiero del club. Ahí, en 1999 tuvimos que conocer esta situación contingente, cuando la banca no acepto negociar los títulos-valores remanentes de CCPSA que obraban en poder del JCP.
CON ESTE PERFIL ECONÓMICO FINANCIERO DEL CLUB, RESULTÓ IMPOSIBLE REFINANCIAR LAS DEUDAS DE LA INSTITUCIÓN CONTRA INGRESOS A FUTURO, PUESTO QUE EN 1999 ÉSTOS SE ENCONTRABAN COMPROMETIDOS A SEIS AÑOS VISTA EN EL MEJOR DE LOS CASOS.
Así fue como Ia crisis hizo presa del JCP que, sencilla y Ilanamente, en 1999, DEJÓ DE SER SUJETO DE CRÉDITO ANTE LA BANCA Y ORGANISMOS FINANCIEROS.
La crisis económica financiera del club, se configuró como consecuencia de un desequilibrio constante entre los ingresos y egresos, paliado sistemáticamente con soluciones temporales que acabaron por desencadenarla. Al no haberse encarado a SU debido tiempo las causas en forma serena y racional, la crisis estalló y se tuvo que afrontar dándole la mejor solución factible.
Juzgo oportuno indicarle at ex Presidente ViIlarán que es su prerrogativa presentarse en el próximo proceso electoral del JCP. Al mismo tiempo, le sugiero revisar lo actuado en sus gestiones directrices para brindar informaciones documentadamente sustentadas, Para empezar, podrá leer, entre tantas otras fuentes de información, el «INFORME DE LA COMISIÓN TRIPARTITA» publicado en Ia edición N° 2457 del 19 de septiembre 1999, en Ia revista Estudie SU POLLA.
Para terminar, deseo informarles que esta es y será mi respuesta aclaratoria ante las ligeras afirmaciones vertidas en la carta que respondo aclarando su contenido. Igualmente, que aquí cierro este capítulo y declaro no entraré en ningún intercambio epistolar posterior al respecto.
Estimados consocios, les agradezco su atención a esta carta., y espero haber contribuido a que cuenten con información debidamente documentada y que amplio por anexo para quienes deseen profundizar al respecto. Asimismo, hago de vuestro conocimiento que estoy donando al JCP veinte ejemplares de mi antes citado libro «Radiografía de una crisis: Jockey Club del Perú», que publicara-hace casi siete años- en marzo 2003, a fin de que pueda servir como elemento de consulta en la biblioteca del club.
Atentamente,
Francisco Vainstein Borrani
DNI N° 098749114
Anexo a carta de fecha 30 de enero 2010, del ex Presidente
Francisco Vainstein Borrani
DISMINUCIÓN DEL JUEGO, AUMENTOS DE PREMIOS Y DE BONOS
La referencia base para el manejo económico financiero del club es el rubro de ingresos por Ventas de apuestas hípicas, el cual por una mínima lógica elemental debe constituir los ingresos «madre» que solventen todo el espectáculo hípico per se.
Según las estadísticas oficiales, los ingresos por ventas de apuestas hípicas han disminuido desde un nivel promedio de US $ 46.3M a comienzos de Ia década de los 90 para Ilegar a US $ 28.8M en 1999, mostrando una marcada tendencia a Ia baja que ha sido refrendada con el correr de Ia década del 2000, donde se ha Ileqado a un nivel de US $ 20.0M, con tipos de cambio muy amistosos para el Nuevo Sol frente al US $.
Partiendo del monto de US $ 36.6M, que corresponde al juego promedio para of periodo 1993 a 1996, y representa Ia cifra mágica de ventas que permite alcanzar el «punto de equilibrio» con un nivel internacional de premios a propietarios hasta un máximo de 10% de los ingresos por ventas de apuestas, se puede establecer que entre 1996 a 1999, los ingresos en el juego disminuyeron en un total de US $ 17.7M, ocasionando una menor contribución neta de US $ 4.3M para los ingresos del club, con un costo financiero adicional de US $ 1.1M para el indicado período.
El rubro premios a propietarios, es el otro marco de referencia sustantivo en Ia economía institucional. Aqui cabe resaltar el hecho que, bajo una concepción sui generis de tener que asignarle a este rubro el integro de todos los ingresos inmobiliarios del club, los premios para propietarios fueron incrementados significativamente el año 1996, Ilevándolos a niveles de sumo optimistas. PASARON DE US $ 5.3M EN 1995 A UN PROMEDIO DE US $ 9.0M al AÑO para el periodo 1996 a 1999.
Con cálculos muy simples se establece que, en relación al nivel promedio histórico de premios a propietarios, que arroja un monto de US $ 4.5M para el periodo 1991 a 1994, durante los años 1995 a 1999 se produjo un mayor gasto de US $ 18.1M en premios, con un costo financiero acumulado adicional de US $ 6.0M, SUMANDO US $ 24.1M. El aumento en premios trajo como colateral su incidencia en el bono al criador para el mismo periodo, que arrojó un mayor gasto de US $ 1.6M, con un costo financiero acumulado adicional de US $ 0.5M, SUMANDO US $ 2.1M.
Analizando el comportamiento del manejo económico financiero en estos rubros, al consolidar los efectos señalados, vemos que durante el período 1995 a 1999, se recibieron menores ingresos de US $ 4.3M por Ia disminución en el juego, se otorgaron mayores egresos de US $ 17.7M en premios a propietarios y de US $ 1.6M en bonos al criador, conduciendo a egresos adicionales por costos financieros de US $ 1.1M por disminución en el juego, US $ 6.0M por aumento de premios y US $ 0.5M por aumento en bonos al criador. ASI RESULTAN US $ 4.3M EN MENORES INGRESOS Y Ia impresionante cifra de US $ 26.2M EN MAYORES EGRESOS, GENERANDOSE US $ 30.5M EN CONTRA DE LA CAJA DEL CLUB.
NO HAY NINGUN ERROR EN LAS CIFRAS. Éstas se pueden contrastar con los documentos oficiales para confirmarlas a plenitud. Aunque parezca inverosímil y aunque aún no se quiera aceptar en determinados círculos del club, así fue como LA CAJA DEL JCP QUEDÓ AFECTADA EN UN MONTO SUPERIOR A US $ TREINTA MILLONES SOLO PARA EL PERIODO 1995 A 1999.
LA CRUDA REALIDAD EN 1999
El 15 de septiembre 1999, informé por carta oficial a todos los consocios, sobre Ia realidad econórnica financiera que afrontaba el club en el año fiscal 1999. Se resumía en: pérdida anual de US $ 2.6M, déficit de caja de US $ 4.7M; deudas pendientes de pago por US $ 3.0M en fondo al criador, premios a propietarios, y reserva de indemnización al personal pendiente desde 1990. Sumando el déficit de caja y las deudas pendientes, el endeudamiento del club superaba los US $ 32.0M sin incluir la deuda a Centros Comerciales del Perú S.A. por US $ 8.0M más intereses devengados. Además, existían contingencias en el orden de US $ 11.0M y una infinidad de juicios en proceso contra el club, en particular uno de la SAT Lima Metropolitana reclamando un pago adicional por concepto de impuesto a las apuestas -desde el año 1994- con incidencia por más de S/. 50.0M.
Los únicos ingresos previsibles en 1999 se reducían a los rubros de apuestas, cuotas sociales, nuevos socios, cánones del casino, cánones del Daytona Park, y otros como publicidad, eventos especiales y auspicios. Así, en 1999 los ingresos por venta de apuestas no Ilegaban a cubrir Ia totalidad de los premios a propietarios. Los otros ingresos no permitían cubrir las obligaciones de operar las actividades del espectáculo hípico.
Ante la cruda realidad descrita, podríamos preguntarnos: ¿Qué ocurrió durante la década de los 90? ¿Fue producto de un ambicioso deseo por regresar a las añoradas épocas de gran bonanza econórnica financiera del pasado, donde el club floreció bajo la égida de un juego monopólico a nivel nacional, y que esta vez estuvo impulsada artificialmente con ingresos extra hípicos que devinieron en «temporales» al ser manejados con optimismo y desequilibrio, alejados de las realidades?
Resumiendo, en blanco y negro, queda establecido lo siguiente:
• La crisis econórnica financiera descrita tuvo sus orígenes en el déficit endémico del espectáculo hípico acarreado históricamente y acentuado durante toda Ia década de los 90, ya que los ingresos por apuestas no alcanzaban para pagar los costos directos-y los gastos operativos.
• Este déficit endémico se fue cubriendo mediante «parches», consistentes en préstamos bancarios e ingresos extra hípicos, sin que se encontrara posibles soluciones al problema de fondo.
• Los resultados económicos y financieros anuales del club, siempre arrojaron pérdidas entre 1991 a 1999, yendo de US $ 7.1M hasta US $ 2.6M, y estuvieron acompañadas de recurrentes déficit de caja anuales que iban de US $ 1.6M hasta US $ 4.7M.
• Los gastos financieros netos anuales entre los años de 1991 a 1999, fueron muy altos en sí y sumaron un acumulado de US $ 17.9M, desagregados en: US $ 4.3M entre 1991 a 1994; US $ 9.6M entre 1995 a 1998; y US $ 4.0M solo para 1999.
• LOS INGRESOS POTENCIALES DE LOS CÁNONES DE DERECHO DE SUPERFICIE QUE DEBÍAN IRROGAR UN PROMEDIO NETO ANUAL DE US $ 4.4M, POR LOS TERRENOS DEL JOCKEY PLAZA SHOPPING CENTER, YA HABÍAN SIDO COMPROMETIDOS -ENTRE DICIEMBRE DE 1995 Y AGOSTO DE 1998- EN SU TOTALIDAD PARA EL PERIODO COMPRENDIDO ENTRE LOS AÑOS 1999 A 2004, INCLUSIVE, POR UN MONTO AGREGADO DE US $ 31.3M.
• El segundo semestre de 1999 Centros Comerciales del Perú S.A. incumplió en el pago de US $ 6.6M por concepto de los cánones correspondientes a dos años vencidos -1998 y 1999- del segundo contrato de derecho de use de superficie suscrito el 15 de septiembre del 1997.
• Entre 1996 a 1999 se sufrió una disminución agregada en el juego de US $ 17.7M, ocasionando una menor contribución neta de US $ 4.3M para los ingresos del club, conllevando un costo financiero adicional de US $ 1.1M.
• Los premios por carreras recibieron un fuerte aumento en 1996, arrojando mayores egresos para el periodo 1995 a 1999; que sumaron US $ 18.1M en premios a propietarios y US $ 1.6M en bonos al criador. Estas cifras con sus consiguientes egresos financieros adicionales de US $ 6.0M y US $ 0.5M, respectivamente, arrojaron como resultado el monto de US $ 26.2M en mayores egresos.
• A fines de 1999, el endeudamiento del club superaba los US $ 32.0M, sin incluir Ia deuda de US $ 8.0 a Centros Comerciales del Per6 S.A., que dado a su manejo debía ser compensada contra sus adeudos al club.
• Existían contingencias en el orden de US $ 11.0M y una infinidad de juicios en proceso contra el club, así como en particular uno adicional de la SAT Lima Metropolitana reclamando un pago adicional por concepto de impuesto a las apuestas -desde el año 1994- con incidencia por más de S/. 50.0M.
Con este perfil económico financiero del club, resultó imposible refinanciar las deudas de Ia institución contra ingresos a futuro, puesto que en 1999 éstos se encontraban comprometidos a seis años vista en el mejor de los casos. Así fue como Ia crisis hizo presa del Jockey Club del Perú que, en 1999, dejó de ser sujeto de crédito ante Ia banca y organismos financieros.
Consecuentemente, como no se puede escapar de la realidad, lamentable pero obligadamente, se tuvo que recurrir a la venta de terrenos a fin de cubrir los mayores egresos incurridos anteriormente con cargo a los ingresos a futuro que dejaron el club sin liquidez alguna entre los anos de 1999 al 2004 y, en consecuencia, sin ninguna capacidad para refinanciar sus pesadas deudas.
Por lo expuesto, me cabe concluir con sensatez, serenidad y sin temor a equivocación alguna, que de haber recibido las finanzas del club, durante 1995 a 1998, un manejo sobrio, serio y conservador en tanto se vivía una «aparente bonanza», no hubiera sobrevenido ni aparecido posteriormente la crisis perfecta que ocasiono se tuviera que Ilegar a Ia venta de terrenos para salir de la misma.
Lima, 30 de enero 2010