(Aeronoticias).- El número de obesos ha disminuido en Estados Unidos en los dos últimos años, después de décadas aumentando de forma continuada, según concluye el último informe del Departamento de Estadística de Salud (NCHS, en sus siglas en inglés), que está considerado como el estudio más riguroso y válido del país porque evalúa a los participantes, registrando peso y altura, y no son los sujetos los que proporcionan los datos.
Los resultados están muy lejos del objetivo planteado por las autoridades sanitarias de que para el año 2020 no afecte a más del 30% de la población. Esto significa que EE UU continua sufriendo una epidemia que padecen cerca de 78 millones de sus ciudadanos (50 millones de blancos, 14,4 millones de hispanos, 12,2 millones de afroamericanos y 1,2 de millones asiáticos) y que está relacionada con enfermedades como la diabetes tipo II; las patologías cardiovasculares; problemas de hígado; trastornos degenerativos, e incluso algunos tipos de cáncer.
En 2012, el 34,9% de la población era obesa, en 2010, el 35,7%. El índice de obesidad aumentó de forma dramática en los noventa, después de mantenerse relativamente estable en las décadas anteriores, cuando apenas un 15% de la población padecía obesidad.
En EE UU se considera obesidad, categorizada desde hace poco como enfermedad por la Asociación Nacional de Médicos, a toda persona que tenga un índice de masa corporal (basado en la relación entre el peso y la altura, y no distingue entre masa muscular y masa grasa) de 30 o superior.
La obesidad sigue aumentando en las mujeres. En 2010, el 35,8% de ellas la padecía, y en 2012 el dato ha subido a un 36,1%. Mientras que entre los hombres, disminuyó un 2% en el mismo periodo de tiempo. Los más propensos a padecerla son las personas en los 40 y los 59 años..
“Todo esto nos lleva a que tenemos que seguir trabajando para conseguir erradicar la epidemia”, ha añadido Pertesen. Entre las medidas que se aplican en la actualidad están las dietas nutricionales, la cirugía bariátrica y el ejercicio. Aunque no pueden luchar contra los alimentos hipercalóricos que siguen siendo muy baratos en el país y que también demandan un cambio “en la mentalidad y forma de vida de la sociedad estadounidense”, indican los expertos.
Fuente: El País