(Aeronoticias).- Recuerdo mi primera experiencia sexual con un condón. Fue un año antes de mis exámenes de Certificado General de Educación Secundaria. Estábamos masticándolos como chicles. Sabían a menta. Habíamos recibido clase de cómo poner condones en penes de plástico.
Pero eso fue cuando nosotros teníamos 15. Para algunos de nosotros, los condones eran noticia vieja, algo que ya estaba de uso ya hace años. Una clase esperada para causar vergüenza y sorpresa fue vista con aburrimiento. La lección fue inútil, y muy tardía.
Cuando la gente de mi edad, ya cercana a los 20, miramos nuestra educación sexual en el colegio, sólo es para materia de bromas. No sólo porque incluyó imágenes de cuerpos desnudos con genitales, sino sólo porque fue inútil. Al final podíamos dibujar precisos diagramas de nuestro ciclo menstrual diario, pero nunca nos dijeron donde comprar tampones. Sabíamos usar condones, pero no teníamos idea qué hacer si una de nuestras amigas quedaba encinta.
Dejar a los jóvenes adultos hacerse una idea solos puede tener un real impacto en sus vidas. El Reino Unido tiene la más alta tasa de embarazo en Europa occidental, y nos lo recuerdan constantemente los medios informativos, y una alarmante tasa de adolescentes no puede reconocerlo del abuso y la violación -sólo el 37% de jóvenes adultos respondieron que asumen que su pareja no quiere tener sexo si están llorando-.
En la Casa de los Comunes -cámara baja de Reino Unido-, el miembro del Parlamento Jim Shannon retrucó contra la educación sexual en los niños, y dijo que «es demasiado para una edad de la inocencia». No dudo que estás riéndote también -¿una edad de la inocencia?-. Uno de cada tres niños de 10 años ha visto pornografía en la internet (como yo). Puedes hallar estadísticas similares ad infinitum.
Traducción libre de Jair Emeterio. Con información de The Telegraph.
