💥 Aeronoticias: El Su-35 Flanker-E, el cazabombardero ruso que quiere dominar los cielos pero enfrenta preguntas difíciles sobre su futuro

El Su-35 Flanker-E es un caza potente, audaz y estéticamente imponente, diseñado bajo una filosofía distinta a la occidental. Su éxito depende tanto de su aerodinámica extraordinaria como de las circunstancias que lo rodean. Aunque no cumple completamente con la narrativa de ser un “caza dominador”, sí representa un logro notable en la ingeniería militar rusa y un actor relevante en los cielos del siglo XXI.

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(Aeronoticias):
El Su-35 Flanker-E es, sin duda, uno de los cazas más avanzados que Rusia ha llevado a producción en las últimas décadas. Presentado como el heredero directo del Su-27 y como una plataforma de transición hacia los cazas de quinta generación, el Su-35 combina potencia bruta, gran autonomía, alta maniobrabilidad y un radar capaz de seguir múltiples objetivos. Sin embargo, detrás de su imagen imponente existe un debate complejo: ¿es realmente el avión que Rusia promociona o un sistema cuyo potencial se ha visto condicionado por las circunstancias geopolíticas, las limitaciones industriales del país y la evolución tecnológica global?

Un diseño impresionante que conserva la herencia soviética

El Su-35 mantiene la silueta clásica del Su-27, pero prácticamente todo en él fue rediseñado: desde la aviónica hasta el motor y el sistema de control de vuelo. Su estructura aerodinámica se mantiene como una de las más elegantes dentro de los cazas de peso pesado, y su capacidad para operar a largas distancias es uno de sus puntos más sólidos.

Es un avión que apuesta por el “poder físico”: gran tamaño, gran capacidad de combustible interno, motores potentes y una maniobrabilidad extrema que le permite realizar maniobras imposibles para cazas occidentales más ligeros. En ese sentido, el Su-35 conserva la filosofía soviética: resistencia, alcance y fuerza.

Motores que impresionan, pero con un historial que invita a la cautela

Uno de los mayores orgullos del Su-35 son sus motores AL-41F1S, capaces de vectorizar empuje y proporcionar una maniobrabilidad que, en espectáculos aéreos, sorprende genuinamente. Sin embargo, fuera de los festivales, la conversación técnica es más realista: varios operadores y analistas han criticado la durabilidad del motor, especialmente en escenarios exigentes.

Esta dualidad ha sido constante en la ingeniería rusa moderna: diseños audaces, capacidades impresionantes, pero desafíos en producción y mantenimiento.

Como investigador, creo que este punto es crucial: la maniobrabilidad extrema es impresionante, pero no siempre determina el rendimiento real en combate, donde lo decisivo suele ser la detección temprana, la calidad de misiles y el procesamiento de datos.

Un radar potente… aunque no del todo moderno

El radar Irbis-E es uno de los radares PESA más avanzados del mundo. Ofrece un alcance sobresaliente, especialmente contra blancos de gran tamaño. Sin embargo, el debate técnico surge cuando se compara con los radares AESA occidentales.

Varios expertos coinciden en que, aunque el Irbis-E es potente y respetable, la ausencia de un AESA verdadero coloca al Su-35 en desventaja tecnológica frente a cazas como el F-35, F-15EX o Rafale, que ya integran sensores más modernos y confiables.

Este no es un detalle menor: en los combates aéreos del siglo XXI, la electrónica importa tanto o más que la aerodinámica.

Armamento sólido, pero condicionado por sus sensores

El Su-35 puede portar una gran variedad de misiles aire-aire y aire-tierra. De hecho, su capacidad de carga sobresale dentro de su categoría. El misil de largo alcance R-37M, por ejemplo, es una de las armas que más preocupan a los analistas occidentales por su potencial para atacar aviones de apoyo como AWACS o tanqueros.

Sin embargo, incluso con un arsenal poderoso, la efectividad del armamento depende de la calidad de detección, seguimiento y enlace de datos. Aquí es donde, como investigador, considero que el Su-35 presenta un desequilibrio: posee armas de alta categoría, pero su arquitectura electrónica no siempre acompaña ese potencial al nivel esperado.

La guerra en Ucrania: el examen real que nadie puede ignorar

Muchos analistas de defensa esperaban que el Su-35 demostrara su supremacía en el conflicto. Y aunque ha tenido éxitos documentados, también ha sufrido pérdidas significativas.

Independientemente de la postura política de cada lector, desde una perspectiva técnica se pueden extraer algunas conclusiones:

  • El Su-35 no opera en el vacío; enfrenta entornos saturados de defensa antiaérea.
  • Los sistemas de guerra electrónica y los drones han redefinido cómo se mueve un caza moderno.
  • La guerra moderna no se parece a los enfrentamientos aire-aire tradicionales para los cuales fue diseñado.

Esto no significa que el Su-35 sea un mal avión. Significa que la guerra actual exige capacidades multisensor, fusión de datos y conectividad que aún están madurando en la industria rusa.

Exportaciones: interés moderado pero limitado por la política global

Países como China, Indonesia y Egipto han evaluado o adquirido el Su-35, pero las sanciones internacionales y la presión diplomática complican su expansión global. La falta de repuestos garantizados durante décadas también es una preocupación real para compradores potenciales.

Aquí mi opinión personal: el Su-35 podría haber sido un superventas global si hubiera nacido en un ecosistema industrial más estable, pero las condiciones del mercado internacional reducen su impacto.

¿Es el Su-35 un gran caza? Sí. ¿Es invencible? No.

El Su-35 es un avión impresionante en lo que mejor sabe hacer: volar rápido, girar con agresividad y portar una enorme cantidad de armamento. Es un heredero digno de la escuela soviética. Pero el combate aéreo moderno ya no es solo una cuestión de maniobras espectaculares.

Hoy dominan:

  • La sigilización
  • Los sensores AESA
  • La guerra electrónica avanzada
  • La fusión de datos
  • Las redes de combate distribuidas

En ese terreno, el Su-35 todavía tiene caminos por recorrer.

El Su-35 Flanker-E es un caza potente, audaz y estéticamente imponente, diseñado bajo una filosofía distinta a la occidental. Su éxito depende tanto de su aerodinámica extraordinaria como de las circunstancias que lo rodean. Aunque no cumple completamente con la narrativa de ser un “caza dominador”, sí representa un logro notable en la ingeniería militar rusa y un actor relevante en los cielos del siglo XXI.

Fuente: Sebastian Palacin