🇯🇵 THE OKURA TOKYO: La reinvención silenciosa del lujo japonés

El nuevo complejo consta de dos torres —la Heritage Wing y la Prestige Tower—, con un total de 508 habitaciones que combinan la estética del wabi-sabi (belleza en la simplicidad) con tecnología domótica invisible. Los interiores están revestidos en madera de ciprés japonés, tatamis tejidos a mano y luminarias inspiradas en el diseño original de Yoshiro Taniguchi.

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(Aeronoticias): El The Okura Tokyo es más que un hotel; es un símbolo de la identidad japonesa moderna. Abierto originalmente en 1962 y rediseñado en 2019 tras una remodelación monumental, representa el equilibrio entre la tradición artesanal nipona y la arquitectura de vanguardia. Está situado en el corazón de Toranomon, uno de los distritos diplomáticos más prestigiosos de Tokio.

El nuevo complejo consta de dos torres —la Heritage Wing y la Prestige Tower—, con un total de 508 habitaciones que combinan la estética del wabi-sabi (belleza en la simplicidad) con tecnología domótica invisible. Los interiores están revestidos en madera de ciprés japonés, tatamis tejidos a mano y luminarias inspiradas en el diseño original de Yoshiro Taniguchi.

  • Slogan: “Timeless elegance. Modern spirit.”
  • Misión: Redefinir el lujo a través de la armonía entre pasado, presente y futuro.
  • Visión: Convertirse en la referencia mundial del diseño japonés aplicado a la hotelería.
  • Gastronomía: cinco restaurantes de alto nivel, incluyendo Nouvelle Epoque (francés contemporáneo con estrella Michelin), Yamazato (kaiseki tradicional) y Sazanka, dedicado a la cocina teppanyaki.
  • Spa y bienestar: Okura Fitness & Spa ofrece rituales inspirados en el zen y tratamientos con aceites de camelia.
  • Premios: Forbes Travel Guide Five-Star Award 2024 y World Luxury Hotel Awards 2023.
  • Filosofía: cada detalle debe comunicar respeto, silencio y perfección funcional.
  • Accesibilidad: totalmente adaptado y con estándares ecológicos ISO 14001.
  • Comentarios: huéspedes destacan la serenidad absoluta y el trato “invisible pero omnipresente” del personal.

Fuente: Sebastián Palacín