🌺 Halekulani, Honolulu — La “Casa del Cielo” del Pacífico

En cada rincón se siente la filosofía de Hawai‘i: respeto, armonía y gratitud. Cuando el sol cae sobre Waikiki y el cielo se tiñe de oro, uno entiende por qué este lugar se llama “Casa del Cielo”. No es solo un destino: es un estado del alma.

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(Aeronoticias):
Frente a la legendaria playa de Waikiki, en la isla de Oahu, se alza un ícono centenario del lujo tropical: Halekulani, cuyo nombre en hawaiano significa “Casa del Cielo”. Fundado en 1917 como un modesto conjunto de casas de playa, este hotel evolucionó hasta convertirse en uno de los resorts más prestigiosos del Pacífico, sin perder su esencia: la serenidad. En Halekulani, el lujo no se ostenta; se respira en el aire, en los colores suaves del atardecer y en la hospitalidad aloha que lo define desde hace más de un siglo.

El complejo cuenta con 453 habitaciones y suites, todas diseñadas bajo una paleta de blancos y corales que evocan pureza y calma. Los ventanales panorámicos enmarcan el océano y el volcán Diamond Head como si fueran pinturas vivas. Cada detalle —desde las flores frescas hasta las sábanas de algodón egipcio— sigue la filosofía del “Seven Shades of White”, donde la elegancia nace de la simplicidad.

Su restaurante insignia, La Mer, es el único en Hawái con la máxima distinción de cinco estrellas Forbes y cinco diamantes AAA, ofreciendo cocina francesa contemporánea con toques del Pacífico, bajo la dirección de chefs galardonados. El House Without a Key, en cambio, es un tributo a la herencia local, donde las noches se iluminan con música en vivo y hula tradicional bajo las palmeras.

El spa Halekulani, inspirado en tradiciones polinesias, emplea técnicas ancestrales de sanación con flores locales, agua de mar y aceites naturales. Es un espacio donde cuerpo y espíritu se reconcilian con el entorno. El servicio es impecable, discreto, anticipando los deseos antes de ser expresados.

Más que un hotel, Halekulani es una institución cultural. Ha hospedado a artistas, diplomáticos y escritores desde la Segunda Guerra Mundial, y su compromiso con el arte se refleja en su Halekulani Fine Arts Collection, que apoya a museos y galerías locales.

En cada rincón se siente la filosofía de Hawai‘i: respeto, armonía y gratitud. Cuando el sol cae sobre Waikiki y el cielo se tiñe de oro, uno entiende por qué este lugar se llama “Casa del Cielo”. No es solo un destino: es un estado del alma.

Fuente: Sebastian Palacin