(Aeronoticias):
Ubicado en la costa limeña, «Cala» se presenta como un restaurante que combina una propuesta internacional con un ambiente tranquilo y sofisticado. Sin embargo, a pesar de sus buenas intenciones y su prometedora ubicación, no logra ofrecer una experiencia culinaria que esté a la altura de su reputación.
El restaurante, que busca atraer a los comensales con una carta que abarca platos internacionales, se queda corto en cuanto a la calidad de la comida. Aunque la carta es extensa y promete un viaje de sabores, la ejecución de los platos no está a la altura de lo esperado. Los ingredientes, aunque frescos en su mayoría, no son utilizados de manera creativa ni sorprendente, lo que hace que la oferta se sienta genérica. El «sushi de autor», uno de los platos más comentados, carece de la frescura y el sabor que se esperaría de un restaurante que se presenta como de alta gama.
El servicio, que en principio podría haberse considerado uno de sus puntos fuertes, deja mucho que desear. Los meseros, aunque educados, parecen desorganizados y poco atentos a las necesidades de los comensales. Los tiempos de espera para los platos fueron más largos de lo que cabría esperar, lo que afectó la experiencia global. Además, la falta de personal en horas pico genera una sensación de desorden y poco profesionalismo, algo que no se debe permitir en un restaurante de su calibre.
En cuanto al ambiente, el restaurante tiene una decoración minimalista que, aunque agradable, se siente algo impersonal. La vista al mar es un atractivo, pero la falta de una conexión clara con el menú, que no refleja las riquezas gastronómicas de la región costera, hace que la experiencia se sienta algo desconectada. La iluminación, por otro lado, es demasiado tenue en ciertas áreas, lo que dificulta disfrutar de la comida correctamente.
El precio, comparado con la calidad y la experiencia ofrecida, no parece estar justificado. Los platos, aunque bien presentados, no logran destacar en sabor ni en innovación. Esto deja una sensación de haber pagado más por la vista y el ambiente que por la calidad real de la comida. Un restaurante que se dice internacional debería apostar por ofrecer algo más que un menú genérico, y en este caso, «Cala» no logra hacerlo.
En resumen, «Cala» es un restaurante que podría haber sido una joya en Lima, pero que no ha logrado cumplir con las expectativas. A pesar de su bonita ubicación y su intento por ofrecer una variedad internacional, la falta de creatividad en la cocina, el servicio deficiente y los precios elevados terminan por empañar una experiencia que podría haber sido mucho mejor.
Fuente: Sebastián Palacín