(Aeronoticias): Inaugurado en 1923, frente a la famosa playa de Copacabana, el Copacabana Palace es considerado el hotel más legendario de Brasil y uno de los más prestigiosos de América Latina. Bajo la gestión de Belmond, se ha convertido en un símbolo del lujo carioca, combinando la elegancia europea con el espíritu vibrante de Río de Janeiro.
El slogan del hotel es: “Where Rio lives in style”. Su visión es ser el epicentro del lujo y la cultura en Sudamérica, mientras que su misión es ofrecer hospitalidad excepcional en un entorno que mezcla historia, exclusividad y alegría brasileña. Su filosofía se resume en preservar la esencia de la Riviera tropical con un servicio impecable.
El hotel dispone de 239 habitaciones y suites, decoradas con un estilo clásico y vistas tanto al mar como a la ciudad. Las tarifas van desde los USD 700 por noche en habitaciones estándar hasta más de USD 10,000 en la Suite Penthouse, con terraza privada y servicio de mayordomo.
Su infraestructura incluye una piscina semiolímpica rodeada de cabañas privadas, un spa de lujo con tratamientos inspirados en ingredientes tropicales, canchas de tenis y tres restaurantes de prestigio, entre ellos el Cipriani, reconocido por su cocina italiana con toques brasileños.
El código de vestimenta es elegante casual, con mayor formalidad exigida en cenas y eventos de gala. En materia de accesibilidad, cuenta con ascensores, suites adaptadas y servicios personalizados.
El Copacabana Palace ha sido anfitrión de estrellas como Fred Astaire, Madonna, Mick Jagger y la realeza europea. Además, es el epicentro de las fiestas de Año Nuevo y del famoso Baile de Carnaval, considerado uno de los eventos sociales más importantes de Brasil. Ha recibido premios como “Mejor Hotel de Lujo de Sudamérica” en los World Travel Awards.
Los comentarios de huéspedes lo describen como “un santuario de glamour tropical”, destacando su mezcla de historia, exclusividad y alegría carioca.
Razones para visitarlo: hospedarse frente a una de las playas más famosas del mundo, revivir el esplendor histórico de Río y experimentar la fusión entre lujo clásico y vitalidad brasileña.
Fuente: Sebastián Palacín