(Aeronoticias):
Desde Lima, volar a Dublín es embarcarse en una travesía que conecta la calidez del Pacífico con la magia de la isla esmeralda. Capital de Irlanda y cuna de leyendas, música tradicional y arquitectura georgiana, Dublín atrae a viajeros de todo tipo: desde los que buscan experiencias exclusivas con servicio impecable, hasta los que quieren absorber la cultura local sin gastar más de la cuenta. Con vuelos que cruzan el Atlántico y rutas que combinan escalas estratégicas, este viaje se adapta a sectores A, B y C.
Dublín: una ciudad con alma
Dublín se alza a orillas del río Liffey, donde puentes históricos conectan barrios vibrantes y calles adoquinadas invitan a perderse entre pubs, librerías y museos. La ciudad combina historia y modernidad: desde el Castillo de Dublín y la Catedral de San Patricio hasta el moderno Docklands con sus edificios de vidrio. El clima es templado y húmedo, con veranos frescos e inviernos suaves; mayo a septiembre es la temporada más popular, aunque la primavera y el otoño ofrecen tarifas más bajas y menos multitudes.
Sector A: Exclusividad celta
Para el segmento A, el viaje desde Lima comienza con vuelos en clase ejecutiva vía Ámsterdam o Londres, con tarifas desde US$ 4,800 ida y vuelta, que incluyen servicio gourmet, acceso a lounges VIP y asientos-cama. En la ciudad, alojamientos como The Shelbourne o The Westbury ofrecen suites con vistas a parques históricos, servicio de mayordomo y cenas privadas.
En gastronomía, restaurantes como Chapter One o Patrick Guilbaud (2 estrellas Michelin) deleitan con reinterpretaciones de platos irlandeses, maridados con vinos seleccionados. Experiencias exclusivas incluyen recorridos privados por destilerías históricas, paseos en helicóptero sobre los acantilados de Moher y entradas VIP a espectáculos de música celta.
Sector B: Comodidad y cultura
El viajero del segmento B puede volar en clase turista con una o dos escalas, desde US$ 1,400 ida y vuelta reservando con antelación. Hoteles 3 y 4 estrellas como Brooks Hotel o Trinity City Hotel ofrecen habitaciones modernas, desayuno incluido y ubicación céntrica, desde € 150 por noche.
En gastronomía, lugares como The Woollen Mills o The Exchequer sirven estofado irlandés y fish & chips por € 15 a € 25. Actividades recomendadas: visitar la Guinness Storehouse (€ 26), recorrer el Trinity College y su Biblioteca Antigua (€ 18), o tomar excursiones de un día a Howth, una aldea costera de pescadores, por menos de € 30 en tren.
Sector C: Irlanda low cost
Para quienes cuidan el presupuesto, los vuelos más económicos, con escalas largas y fechas flexibles, rondan los US$ 1,050 ida y vuelta. Hostales como Generator Dublin o Jacobs Inn ofrecen camas desde € 25 la noche, y en Airbnb se encuentran habitaciones privadas desde € 40.
Comer bien sin gastar demasiado es posible en mercados como Temple Bar Food Market o restaurantes de menú fijo por € 10 a € 12. Muchas actividades son gratuitas: recorrer St. Stephen’s Green, asistir a sesiones de música tradicional en pubs locales o visitar museos nacionales. Además, caminar por el centro y descubrir sus rincones históricos no cuesta nada.
Precios y temporada
- Vuelos Lima – Dublín: US$ 1,050 a US$ 4,800 según clase y temporada.
- Alojamiento: Desde € 25 en hostales hasta más de € 700 en hoteles de lujo por noche.
- Comida: Menús desde € 10 hasta € 200 en restaurantes Michelin.
- Actividades: Gratuitas hasta € 600 en experiencias privadas premium.
La mejor temporada es de mayo a septiembre, pero viajar en abril u octubre ofrece buen clima y tarifas más bajas.
Consejos prácticos
- Moneda: Euro; es común el pago con tarjeta.
- Idioma: Inglés, aunque el gaélico irlandés es oficial y se aprecia en señalizaciones.
- Transporte: Tarjeta Leap Card para buses y tranvías; también rentable para estancias cortas.
- Clima: Llevar siempre un impermeable o paraguas; las lluvias son impredecibles.
Un destino que enamora
Desde Lima, llegar a Dublín es mucho más que un cambio de continente: es entrar a un mundo donde cada esquina cuenta una historia y cada pub guarda una canción. Ya sea que se descubra con la comodidad del lujo, el equilibrio de un viaje bien planificado o la autenticidad de la aventura low cost, la capital irlandesa deja huella en todos los que la visitan.
Fuente: Sebastián Palacín