La gran noticia de que el hombre había llegado hasta la Luna en 1972 (hacen 37 años) conmocionó al mundo, pero no todos creen que esta hazaña realmente ocurrió porque existen ciertos detalles que precisamente han dado lugar a varias dudas sobre la veracidad de la histórica frase: “un pequeño paso del hombre, pero un gran salto de la humanidad” con que el astronauta norteamericano Neil Armstrong hizo el formidable anuncio.
Al respeto se han escrito varios libros en los que se pretende demostrar que todo no ha sido si no un espectacular fraude, montado en un sofisticado estudio cinematográfico, como se anota en la obra “Nunca fuimos a la Luna” del escritor Bill Kaysing, a quien se considera como el padre de los escépticos sobre esta conquista espacial.
Entre los detalles que señalan los incrédulos figuran: cómo se puede explicar que la bandera estadounidense aparezca flameando en la superficie del satélite de la Tierra si en la Luna no existe atmósfera; cómo es que se aprecien nítidamente las huellas de los astronautas en un suelo lunar compuesto por polvo seco y también cómo es que sobre el cielo de la supuesta Luna no se ve ninguna estrella.
