(Aeronoticias).- Las tensiones desatadas en Oriente Medio siguen lastrando las cuentas de resultados de las aerolíneas. Desde que estalló el conflicto en Túnez el pasado 14 de enero, las previsiones de beneficio de las grandes compañías del sector para este año se han recortado alrededor de 1.300 millones de euros.
Unas ganancias que supondrían un tijeretazo de más del 15% con respecto a las estimaciones que realizaban los expertos antes de que estallara el conflicto. Y todo ello por el miedo que existe en los mercados a que las revueltas se extiendan a otros países de la zona, grandes exportadores de petróleo, y origine una interrupción en el suministro.
Por el momento, el precio del barril Brent -de referencia en Europa- alcanzó el miércoles un nuevo máximo en los 116,35 dólares y cerró la semana con un precio un 17,5% más caro al que tenía antes de las revueltas en Oriente Medio.
Las movilizaciones del mundo árabe y el miedo a que el conflicto pueda llegar a Arabia Saudí y posteriormente a países como China está pasando factura a uno de los sectores más dependientes de la evolución de esta materia prima: las aerolíneas.
En este desafortunado escenario internacional sólo Finnair parece haberse abrochado el cinturón de seguridad, ya que en este mes y medio de crisis los expertos han mejorado más de un 4% sus previsiones de beneficio para este año hasta situarlo en los 37 millones de euros.
El resto del sector ha aterrizado a terrenos más ásperos, principalmente American Airlines (AMR) y Air Berlin. En estas dos aerolíneas las tensiones geopolíticas las ha llevado a despegar de la zona de beneficios y caer en pérdidas. La más penalizada ha sido principalmente American Airlines, puesto que a mediados de enero las previsiones apuntaban a ganancias superiores a los 10 millones de euros y ahora las últimas revisiones realizadas confían en que pueda alcanzar 169 millones de euros en pérdidas.
Un cambio desolador que ha venido acompañado con recortes de valoración de más del 23% -la más castigada en este sentido- y con un cambio de recomendación de comprar a mantener (Lufthansa también ha cedido su consejo de comprar pero es la única en la que su valoración no ha descendido).
En el caso de Air Berlin, las previsiones apuntan ahora a que cerrará 2011 con unos números rojos que ascienden a 16 millones, frente a las ganancias de 6 millones de euros que pronosticaban anteriormente. De esta forma, el consenso de mercado espera a estas alturas del año que además de estas dos aerolíneas pueda también cerrar en pérdidas Aegean (ver gráfico).
El encarecimiento progresivo del petróleo también ha repercutido drásticamente en SAS y Air France. Aunque todavía vuelan con beneficios, éstos han perdido fuelle en las últimas semanas. Las estimaciones de beneficio en éstas se han recortado un 86 y un 29% respectivamente.
Sin embargo, los expertos las valoran de forma muy dispar. Mientras que en SAS recomiendan vender y su valoración ha caído más de un 12%, hasta los 2,45 euros, en la francesa animan a tomar posiciones y su precio objetivo tan sólo se ha dañado en un 8%.
Por el contrario, Ryanair, All Nippon, Qantas, IAG (la nueva compañía fruto de la fusión entre Iberia y British Airways) y United Continental son las aerolíneas que mejor han sobrellevado la presión de los mercados con descensos de beneficios que no alcanzan el 10%.
La previsión de IATA, la Asociación International de Transporte Aéreo que agrupa a la mayoría de aerolíneas del mundo, tampoco es mucho más optimista que la de los analistas financieros. El organismo dirigido por Giovanni Bisignani espera que la suma de las ganancias de la aviación para este ejercicio alcanzará los 8.600 millones de dólares (6.150 millones de euros), esta cifra supone un descenso del 5,5% si se compara con las estimaciones que IATA había hecho públicas hace dos meses, antes de que estallara el conflicto en Oriente Medio. Entonces, las aerolíneas esperaban ganar 9.100 millones de dólares. Fuente: eleconomista.es