(Aeronoticias).– Se oyen cada día más voces referidos a diversos trastornos psico-emocionales de carácter social, uno de los más comunes es el Trastorno del Espectro del Autismo, el cual está muy estrechamente ligado a la conducta social y el entorno en el que los niños con esta discapacidad deben luchar para hacer frente al aislamiento o exclusión de grupo.
En la actualidad, el autismo se trata de una tema enfocado en la salud social más que propiamente físico. Sin embargo, años atrás la historia era diferente.
Existía una carga mitológica y de carente fundamento científico que por años fue una especie de tortura sobre todo para los niños que padecían de este trastorno.
Importancia en el desarrollo de habilidades
Los niños autistas a medida que crecen manifiestan habilidades y destrezas muy importantes. Así, algunos son muy inteligentes para las matemáticas, la ciencia, la música o el arte.
Pero para ello es necesario ayudarlos a descubrir dichas habilidades pues no es justo mantenerlos excluidos de la sociedad por el simple hecho de ser etiquetados como «diferentes».
Los niños autistas son tan capaces como las personas determinadas cognitivamente sanas, realmente, son capaces. Y en esta ocasión me enfocaré de manera especial y admirable en uno de los pequeños que conocí desde hace algunos meses en un centro de cuidado para personas a quienes la sociedad les ha dado la espalda.
El Hogar de las Bienaventuranzas alberga en sus muros a bebés, niños, adolescentes, adultos y personas de la tercera edad en completo estado de abandono, más del 70% de estas personas sufren de alguna discapacidad física o mental y para ello requieren de una atención integral y especial.
Aquí encontré a uno de los niños con una habilidad artística que me dejó más que sorprendido, su nombre es Juan Carlos y es autista.
Este pequeño de 7 años es también conocido como «Toto» por sus tutores pues suele decir esa palabra cada vez que está feliz o sencillamente cuando algo le impresiona.
Juan Carlos al igual que sus demás hermanitos del Hogar es bastante inteligente. Admiro sus habilidades en el arte al poseer una «memoria fotográfica», y sé que si llegase a desarrollar dichas capacidades de la mano de profesionales logrará llegar muy lejos así como lo han logrado muchos otros personajes diagnosticados con autismo.
No podemos desmerecer el ingenio y aptitud de Fran, Rodrigo, Jonás, Mariano, Mateo y los demás pequeños con síndrome de Autismo y Asperger del área de niños denominado «Sonrisa Franciscana».
Otra mirada
Hoy en día, los determinados grupos sociales resultan inaccesibles para quienes presentan un mínimo grado de dificultades de variación cognitiva, esta puede ser leve o grave y aun así no deja de ser excluyente.
Frente a estos hechos es necesario trabajar dichas dificultades para lograr que nuestros niños con alguna discapacidad sea Autismo, Asperger, Down u otro no sea el factor determinante para restarle oportunidades de vida a aquellas miradas silenciosas que sienten, razonan y ante todo, aman.
Juan Carlos es un poco diferente, es un poco como tú y como yo. Mi pequeño «Toto» es autista.
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