Ocurrió hace unos meses. Vuelo de British Airways con origen en Reino Unido y destino en un aeropuerto italiano donde el precio del combustible es superior.
De ahí que, antes de despegar, los responsables del aparato decidan llenar el tanque con tres toneladas extra de queroseno. El objetivo: evitar tener que repostar en Italia -o repostar menos cantidad- para el trayecto de vuelta.
Pero a más peso, mayor consumo. Conclusión: el aparato acaba produciendo 600 kilos de emisiones adicionales de CO2 que podrían haberse evitado. ¿Y a qué precio? La compañía sólo de ahorró 46 euros.
Los detalles de esta operación aparecen en uno de los cientos de documentos internos de la compañía británica revelados por el programa de televisión Panorama de la BBC durante su emisión de este lunes.
En otras notas a las que también han tenido acceso se habla de aviones viajando con hasta seis toneladas extra de combustible para evitar el coste del carburante en el aeropuerto de destino y de vuelos en los que el ahorro apenas alcanzó los 10 euros.
A esta práctica de cargar los aviones con más fuel del requerido se denomina ‘tankering’ y un estudio de Eurocontrol, el organismo encargado de coordinar el tráfico aéreo en Europa, calculan que uno de cada cinco vuelos de la aviación europea (ECAC) estaría viajando con este sistema.
Los responsables de Eurocontrol consideran que cada año se estarían quemando 286.000 toneladas de combustible extra cuando como resultado 901.000 toneladas de emisiones de CO2 adicionales; una cantidad equivalente a 2.800 viajes de ida y vuelta de París a Nueva York o a las emisiones anuales de una ciudad de 100.000 habitantes. A cambio las aerolíneas se estarían ahorrando 265 millones de euros al año.
Ellas no niegan que el ‘tankering’ sea una práctica habitual en sus vuelos. Pero, como señala Arturo Benito, profesor titular de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Aeronáuticos de España, esta no sólo buscaría ahorrar los costes del carburante, también la duración de las escalas -reduciendo el tiempo de repostaje- y hacer frente a posibles problema de suministro en el destino. Eso sí, siempre en vuelos de menos de 5 horas de duración.
British Airways revisará su política de ‘tankering’
De acuerdo a la investigación realizada por BBC, sólo los aviones de la compañía británica generaron el año pasado 18.000 toneladas adicionales de dióxido de carbono viajando así.
Ahora, a raíz de estas revelaciones, el director ejecutivo del holding IAG -al que ademas de British Airways pertenecen Iberia y AirEuropa- Willie Walsh, ha reconocido que 0el ahorro económico nos incentiva a llevar a cabo esta práctica pero tal vez no sea lo correcto”.
Aunque Walsh asegura que sus emisiones por ‘tankering’ representan menos del 0,1% de sus emisiones totales, se ha comprometido a revisarlo. Una decisión en la línea de la actual política de IAG, que hace solo un mes anunció que reducirá sus emisiones netas de CO2 hasta cero para el año 2050.
Como posible solución, Eurocontrol plantea que las aerolíneas puedan beneficiarse de un precio único en todos los aeropuertos en los que operan.
Actualmente la diferencia se produce incluso entre aeródromos de un mismo país. British Airways confirma que en el aeropuerto de Glasgow, por ejemplo, el combustible resulta hasta un 25% más caro que en el londinense de Heathrow.
Fuente: Público.