(Aeronoticias).- Tras las protestas en Brasil, la cual ha puesto bajo la inquisidora mirada de los jóvenes los malos manejos políticos y los privilegios de dicho estamento, uno de los puntos que ha quedado exhibido es cómo el dinero de Brasil termina despilfarrado de la peor manera por los máximos representantes del Estado.
Si no, preguntarle a Henrique Alves, quien hizo una parada «del aeropuerto al Maracaná» con novia, familia y allegados para ver un partido en dicho estadio. O su homólogo, Renan Calheiros, quien fue a ver el matrimonio de la hija de un amigo suyo.
Ambos, presidente del Congreso y presidente del Senado, no pudieron explicar cómo usaban estos aviones en representación del Legislativo. El coste de estos viajes se calcula en 24 mil euros. Mientras, Brasil arde.
Con información de El País.
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