(Aeronoticias): Claudia C./Aviación Digital, Sp.- ¿Un avión que nunca aterriza? La innovación en el sector aeronáutico ha dado un paso monumental con la creación del primer avión fotovoltaico de la historia, una hazaña en la que España ha tomado un papel protagónico. Este nuevo proyecto es fruto de la colaboración entre capital español y estadounidense, y representa un importante avance en el uso de energías renovables para vuelos a gran escala.
La empresa responsable, Skydweller Aero, ha logrado desarrollar un avión que podría permanecer en el aire de manera indefinida, alimentado únicamente por energía solar. Este logro, celebrado como una muestra del potencial español en el ámbito aeroespacial, plantea nuevos horizontes y también interrogantes sobre cómo se enfrentan los desafíos climáticos, como los días nublados, en esta tecnología.
Skydweller: El pionero de los cielos impulsado por el sol
El avión Skydweller, creado por la empresa del mismo nombre, es el resultado de un esfuerzo titánico para crear un vehículo aéreo no tripulado capaz de volar durante todo un año sin necesidad de aterrizar. Este innovador dron ha sido diseñado específicamente para aprovechar al máximo la energía solar, lo que lo convierte en el primero de su clase en la historia de la aviación.
Entre sus características técnicas más destacadas, el Skydweller tiene una envergadura de 71,93 metros, lo que le permite llevar una carga máxima de 363 kg a una altitud de aproximadamente 11.000 metros. Su velocidad oscila entre los 45 y 90 km/h, y su autonomía es prácticamente ilimitada, siempre que opere en zonas con suficiente radiación solar, como las regiones ecuatoriales o tropicales. Sin embargo, esta capacidad de vuelo continuo depende, naturalmente, de las condiciones climáticas. Los días nublados o de baja radiación solar podrían reducir su rendimiento, un aspecto clave que ha generado muchas preguntas.
El misterio de los días nublados: ¿Cómo enfrentarlo?
Una de las principales preocupaciones que surgen con el Skydweller es la intermitencia de la energía solar. ¿Qué sucede en los días nublados o en regiones con menor exposición solar? La solución que se ha planteado es centrarse en áreas geográficas con latitudes específicas, como el Caribe, donde la cantidad de días soleados a lo largo del año es significativamente alta. En estas zonas, el Skydweller podría operar de manera ininterrumpida durante 365 días, asegurando así la viabilidad del vuelo continuo.
Específicamente, el avión será probado en regiones entre los 25 grados de latitud norte y sur, una franja que cubre unos 5.500 km. Este espacio es suficiente para realizar trayectos tan amplios como Miami a Río de Janeiro o de Dubái a Maputo, asegurando un entorno adecuado para la operación constante del dron. Así, aunque el reto de los días nublados persiste, la tecnología fotovoltaica puede ser optimizada en zonas con condiciones favorables.
No es el primer intento: Solar Impulse y otros proyectos pioneros
Aunque el Skydweller es el primer avión fotovoltaico en buscar un vuelo verdaderamente «infinito«, no es la primera incursión de la aviación en el uso de energía solar. Su antecesor, el proyecto Solar Impulse, dirigido por los pilotos Bertrand Piccard y André Borschberg, demostró ya en 2016 que los vuelos solares eran posibles.
El avión Solar Impulse 2 completó una vuelta al mundo, volando más de 40.000 kilómetros sin utilizar una sola gota de combustible fósil, aunque con múltiples paradas para mantenimiento y descanso de la tripulación. A diferencia del Skydweller, Solar Impulse estaba tripulado, y su misión era demostrar el potencial de la energía solar en la aviación, aunque con limitaciones en cuanto a duración de vuelo.
El éxito del Solar Impulse abrió el camino para otras iniciativas, pero también dejó claro que la tecnología aún enfrentaba desafíos importantes, como la capacidad limitada para transportar carga y la dependencia de condiciones climáticas ideales. Estos mismos obstáculos se han enfrentado ahora con el Skydweller, pero los avances en la eficiencia de las células solares y la optimización de las rutas de vuelo han permitido un progreso significativo.
Un dron multifacético: más allá de los vuelos perpetuos
Más allá de la proeza tecnológica, el Skydweller ha sido diseñado para cumplir con una variedad de funciones adicionales. Su capacidad para operar de manera silenciosa y a grandes altitudes lo hace ideal para misiones de vigilancia, tanto en zonas conflictivas como en operaciones de control migratorio o monitorización de fronteras. Además, al ser un dron, su operación es más económica y flexible que la de un avión tripulado. Su diseño también lo convierte en una herramienta eficiente para la observación meteorológica, alcanzando alturas superiores a los 11.000 metros, y para el control de actividades ilícitas como la pesca ilegal o el contrabando.
Una ventaja adicional del Skydweller en estas operaciones es su capacidad de volar sin ser detectado por misiles tierra-aire, ya que no emite señales térmicas como lo haría un avión con motor de combustión. Este factor lo convierte en un recurso valioso para misiones en zonas peligrosas.
El futuro de la aviación y la transición energética
El Skydweller no solo marca un gran avance en la aviación, sino que también refleja un cambio más amplio hacia el uso de energías limpias en la movilidad aérea. Como parte de la transición energética global, este tipo de avances son cruciales para reducir las emisiones de carbono en uno de los sectores más contaminantes.
España, al ser parte fundamental de este desarrollo, se posiciona como líder en innovación aeroespacial sostenible, demostrando que el futuro de la aviación puede ser limpio y eficiente. Otros pioneros como el Solar Impulse han allanado el camino, pero ahora, con el Skydweller, el sueño de un vuelo infinito parece estar más cerca de la realidad.
Fuente: aviaciondigital.com