Heridos en su ego nacionalista por las declaraciones del líder de la revolución cubana, Fidel Castro, quien sostuvo la semana pasada que Chile humilló a Bolivia “robándole” su mar en la Guerra del Pacífico de 1879, la derecha chilena arremetió lanzándole duros epítetos como “dictador” y “sanguinario”.

Los insultos procedieron de la Unión Demócrata Independiente (UDI) y de Renovación Nacional, a las que Castro calificó como “el sector más rancio de la oligarquía” chilena.
Esta fue la secuela del viaje que hizo la presidente de Chile, Michelle Bachelet, a Cuba, también la semana pasada, viaje que suscitó críticas de los opositores al régimen que encabeza, convirtiendo en un avispero al sector derechista de ese país.