(Aeronoticias).- Ustedes se acordarán, y si no se los cuento, que a finales de 2019, Warren Buffett, el multimillonario americano, propietario de Berkshire Hathaway, su fondo de inversiones, se metió de lleno en la compra de acciones de aerolíneas. Era una novedad que optara por un sector que históricamente había tenido poco margen de beneficio y, más contradictorio, el propio Warren Buffett había descartado como atractivo porque no generaba márgenes.
Buffett había llegado a ser el propietario de entre el ocho y el once por ciento de American, Delta, Southwest y United. Había invertido entre siete y ocho mil millones de dólares.
Entonces llegó el virus y las acciones de las cuatro aerolíneas se desplomaron con el mercado en general cuando los temores de una pandemia alcanzaron su punto máximo la primavera pasada. Buffett y su equipo abandonaron sus apuestas inversoras en abril, probablemente recuperando unos 4 mil quinientos millones de dólares de los hasta ocho invertidos.
La huida de la empresa de Buffett le hizo un descosido. Pero con el tiempo, las acciones de las aerolíneas se han ido recuperando y hoy, pese a que aún sigue la pandemia, Buffett habría podido recuperar 9.400 millones, más del doble. O sea que entre entonces y hoy, ha perdido 5.000 millones de dólares.
Buffett pasa en los mercados por experto. Cuando uno le pregunta a qué plazo le gusta invertir, dice que su período favorito es “para siempre” y aconseja a los inversores que “sean codiciosos cuando los demás tienen miedo”. Pero esta vez le entró el pánico y huyó.
Si hubiera practicado lo que predicaba, Berkshire habría evitado una pérdida significativa y habría obtenido una ganancia sólida en sus inversiones en aerolíneas. Cuando vendió, en abril, no estaba claro cuánto tardaría el número de pasajeros en recuperarse de la pandemia. Ni cuánto duraría la pandemia. Ni si los gobiernos iban a extender sus inyecciones de dinero hasta ahora.
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