Es lamentable que la ex funcionaria Bush haya dado el visto bueno a las prácticas de ahogamiento que deslegitiman la política de un Estado, que hoy, ante los ojos del mundo, requiere de sanciones penales concretas para que los autores mediatos de estos delitos, sean llevados a los tribunales internacionales de justicia.
Existió una política de Estado que utilizó la tortura y se tiene que investigar a Dick Cheney –ex vicepresidente norteamericano-, a Condoleezza Rice –ex secretaria de Estado- y a Donald Rumsfeld –ex secretario de defensa-, presuntos autores de estas decisiones de Estado que son una vergüenza para la conciencia moral y jurídica de un mundo que busca su destino, escribiendo páginas en las que se respeten los derechos humanos.