(Aeronoticias).- «Los abogados somos servidores de la justicia y colaboradores de su administración, y nuestro deber profesional es defender con extricta observancia de las normas jurídicas y morales los derechos de nuestros patrocinados», dijo el doctor Julián Palacín Fernández, presidente de la Primera Comisión de Investigación Ética, de la Dirección de Ética Profesional del Colegio de Abogados de Lima.
«El abogado debe mantener el honor y la dignidad profesional. No solamente como un derecho, sino como un deber, y debemos en nuestro ejercicio profesional, honrar a nuestro gremio, el Ilustre Colegio de Abogados de Lima, y a los Colegios de Abogados de Perú».
«No hay lugar en el Colegio de Abogados de Lima, ni en ningún Colegio de Abogados de Perú, para aquellos malos elementos, que por citar un ejemplo, antes de ingresar a nuestro gremio, ya ejercían el tinterillaje, a los que se quedan con las indemnizaciones de sus clientes, a los que, con visos de legalidad, se prestan a procedimientos para quedarse con la propiedad ajena, a aquellos que aconsejan a sus clientes a esconder pruebas del delito, a los que sobornan empleados o funcionarios públicos, y a los que faltan gravemente al honor y a la ética profesional, por citar unos ejemplos generales, originando de esta forma que se ensucie la imagen de la abogacía peruana».
«En los próximos meses, convocaremos al Primer Congreso Nacional de Ética Profesional, en los que participarán las comisiones de ética de todos los Colegios de Abogados del país, las universidades y las instituciones públicas. Sólo la ética salvará el prestigio, la imagen y el futuro de la abogacía peruana», declaró el jurista.
Expresó que hoy en Perú, jóvenes abogados, comprometidos con la ética profesional, vienen contribuyendo a crear una doctrina ética, como es el caso del doctor Omar Moreyra Moreyra, distinguido miembro del CAL y serio aspirante a la Caja de Prevision Social del CAL en las elecciones que se llevaran a cabo este mes, quien acaba de publicar el Libro «Principios para una doctrina ética en la abogacía peruana que sancione disciplinariamente la violencia moral contra la mujer«, cuyo contenido nos demuestra cómo la investigación académica en materia de ética profesional empieza a dar sus frutos para que Perú sea doctrinariamente respetado a nivel internacional.
La defensa de los derechos de la mujer y de la familia son valores fundamentales de nuestra sociedad, y los Colegios de Abogados, como defensores de los derechos humanos, somos las primeras instituciones en enarbolar la defensa de estos principios. Es por ello que este libro, el más importante que se ha escrito en materia de ética profesional en Perú en estos tres meses del año, debe merecer un debate en las universidades, para que de esta forma vayamos estructurando la ruta jurídica que necesitamos para que en el 2013 la ética profesional resucite la alicaída imagen de la abogacía peruana.
«Los Colegios de Abogados de Perú deben expulsar a los malos elementos. Se dan casos de que algunos abogados cometen delitos, pero como tienen más de 65 años, piden la prescripción por el transcurso del tiempo. Otros ejercen ilegalmente la profesión estando suspendidos por sus colegios de origen por graves faltas disciplinarias, y esto no lo vamos a permitir. La defensa de la imagen de la abogacía peruana es un objetivo que une a más de 90 mil abogados honorables que ejercemos la profesión en todo el territorio de la República. Y que unos cuantos no nos van a opacar. A ellos, las sanciones más drásticas y los precedentes ejemplares para que a futuro todos entiendan que tener el honor de ejercer la profesión de abogado significa asumir un compromiso con la sociedad, con nuestro gremio, con nuestros clientes, y con el futuro de Perú».
