(Aeronoticias).- La sociedad quedó conmocionada con el habeas corpus del Juez Penal de Lima Malzon Urbina que le dio la razón a un sector de los excomerciantes del Mercado Mayorista de La Parada, en donde se cuestiona si este Juez ha violado el Código de Ética Profesional de los Colegios de Abogados del Perú, en razón a que como Magistrado estaba obligado a ser un servidor de la justicia y como abogado debió obrar con buena fe, tema que tendrá que dilucidarse en los próximos días. La sociedad se pregunta si los jueces como es el caso de Urbina están éticamente preparados para administrar justicia con estricta observancia a las normas jurídicas y morales y este caso que es grave para la sociedad peruana dentro del sistema de administración de justicia es comparado con el caso «Víctor Girao Alatrista» que ha arrastrado al Colegio de Abogados de Lima (CAL) y al Colegio de Abogados del Callao (CAC) a serios cuestionamientos por parte de la sociedad: El primero el hecho que el Tribunal de Honor del CAL por la gravedad de las faltas cometidas por el agremiado Girao debió ratificar la expulsión que ordenó el Consejo de Ética por unanimidad el 14 de setiembre del 2010 en un hecho insólito le bajó la sanción un año lo que muestra la crisis ética por la que atraviesan los colegios de abogados y en ese año, el abogado sancionado le oculta esta información al CAC y se incorpora para seguir ejerciendo como si nunca hubiera tenido sanción disciplinaria.
La Junta Directiva del CAC expidió el Acuerdo N°003-2012-CAC en donde se afirma de que el abogado denunciado «Víctor Girao Alatrista» no obstante conocer que se encontraba sancionado con suspensión e inhabilitación en el ejercicio de la profesión por el plazo de un año por parte del Ilustre Colegio de Abogados de Lima según Resolución de fecha 15 de setiembre del 2011 expedida por el Tribunal de Honor, con el fin de evitar la sanción impuesta por el citado colegio profesional y continuar ejerciendo la abogacía como abogado hábil en el ejercicio de la profesión reserva tal información y solicita su incorporación como agremiado ante el Ilustre Colegio del Callao, logrando inscribirse con el Reg. N° 7591, con lo cual continúa ejerciendo la profesión, actitud con la cual desatiende el cumplimiento de la sanción impuesta «atentando de esta manera contra las normas de la moral, del derecho y del Código de Ética Profesional y su Reglamento» razón suficiente para estimar procedente el inicio de proceso disciplinario, eso dice la Resolución del 24 de abril del 2012 del CAC, sin embargo el Consejo de Ética del CAC que preside Smith Otárola Benavides e integran los doctores V. Alfredo Barrera Flores y Juan Eduardo Peña Figueroa todavía no expulsan a este abogado infractor del CAC, es decir, la ética o la antiética alcanza el Poder Judicial y los colegios de abogados, la pregunta que nos hacemos es por qué los gremios cuando un abogado por ejemplo aconseja a su defendido a esconder la prueba del delito-el cadáver de su víctima-es tan indulgente o cuando se trata de un agremiado que se burla del Poder Judicial y ejerce la profesión de abogado estando suspendido por grave sanción disciplinaria en todo el territorio nacional y los Consejos de Ética, de los gremios no dictan medidas cautelares no sancionan con expulsión como deberían nos están mostrando una radiografiía de crisis de ética en la abogacía peruana.
Esperamos que el Consejo de Ética del CAL se pronuncie sobre el caso de Juez Penal Malzon Urbina y Víctor Girao que son a nuestro criterio los más graves en materia de ética profesional y en el caso del CAC, la Junta Directiva que preside el Decano Nivardo Francisco Cano Rivera ya se pronunció en el Acuerdo de Junta Directiva N°003-2012-CAC entonces qué espera el Consejo de Ética para aplicar la máxima sanción disciplinaria al abogado infractor, en ambos casos, Urbina-Girao la sociedad espera una sanción ética, ya que nos revelan que el Poder Judicial y los Colegios de Abogados tienen una profunda crisis moral de inmunidad ética, la no sanción desmerece y desprestigia la imagen y el prestigio de la abogacía peruana afectando a los miles de abogados honorables que coiniciden con nuestro pensamiento y que esperan sanciones ejemplares, en el caso de Girao porque ya está aprobado las graves faltas de ética profesional y en el caso de Urbina el debido procedimiento disciplinario que se deberá iniciar.