(Aeronoticias):
En el remoto valle de Atxondo, al norte de España, Víctor Arguinzoniz convirtió la brasa en poesía. Asador Etxebarri, hoy uno de los cinco mejores restaurantes del planeta, sirve cada plato con el alma de la leña ardiendo. Desde gambas hasta helados, todo en Etxebarri pasa por el fuego, pero sin quemarse jamás.
La filosofía es simple: ingredientes impecables y fuego controlado con devoción. Arguinzoniz diseña incluso sus propias parrillas y selecciona maderas según el producto del día. El menú degustación ronda los 300 dólares, pero quienes lo prueban dicen que vale cada centavo por la pureza y honestidad de sabores.
Con solo ocho mesas y una clientela que incluye desde chefs de élite hasta estrellas como Ibai Llanos, el restaurante se ha mantenido lejos del turismo masivo y de las redes, conservando su mística. Mientras otros cocinan espectáculo, Etxebarri cocina silencio. Aquí no hay fuegos artificiales, hay fuego real.
Fuente: Sebastián Palacín.
: En el remoto valle de Atxondo, al norte de España, Víctor Arguinzoniz convirtió la brasa en poesía. Asador Etxebarri, hoy uno de los cinco mejores restaurantes del planeta, sirve cada plato con el alma de la leña ardiendo. Desde gambas hasta helados, todo en Etxebarri pasa por el fuego, pero sin quemarse jamás.){kind=link}